Hay noticias estupendas que no nos llegan, o que si aparecen en alguno de los medios ocupan tan poco que pasan totalmente desapercibidas. Es lamentable, pero esto ha ocurrido con la ABOLICIÓN DE LA PENA DE MUERTE EN MONGOLIA. Su Parlamento, en una votación histórica, ha terminado con esta forma extrema de pena cruel, inhumana y degradante. Votaron un nuevo Código Penal que contiene dicha abolición y entrará en vigor en Septiembre de 2016.
El Presidente de Mongolia Tsakhiagiin había repetido en muchas ocasiones que Mongolia debía dar la espalda a la pena de muerte, argumentaba enérgicamente que la amenaza de ejecución carecía de efecto disuasorio y que el riesgo de error judicial era inherente a cualquier sistema judicial. En 2010 conmutó todas las penas de muerte y anunció una moratoria de todas las ejecuciones.
Mongolia ha dado un ejemplo indiscutible en Asia. Ha mostrado que la pena de muerte es contraria al Derecho y a las Normas Internacionales. Y que degrada al país que la aplica. Sería muy deseable que el gran paso dado por este país sirviera de aldabonazo a otros países del continente asiático.
Durante 2015, además de Mongolia, otros tres países han abolido la pena de muerte sin que tampoco nos hayamos enterado: Madagascar, Fiyi y Surinam.
Cuando el nuevo Código Penal de Mongolia entre en vigor, serán ya 102 los países que han abandonado esta terrible práctica. Es para alegrarse ¿verdad que sí?
Adriana Sarriés