Nuevo texto denuncia redactado esta vez por Javier Saavedra, nuestro compañero de Acción Verapaz Sevilla.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LAS REDES SOCIALES: CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS Y HORIZONTES ÉTICOS Y POLÍTICOS
¿Nos estamos volviendo más tontos con las nuevas tecnologías? Con las nuevas tecnologías no me refiero exclusivamente a internet, que no puede considerarse ya una nueva tecnología, sino también al desarrollo continuo de interfaces que nos mantienen constantemente conectados a la red, plataformas sociales y al proceso de digitalización que están sufriendo todas las prácticas laborales. Algunos afirmarían con rotundidad que somos más tontos. Nicholar Carr ya lo asegura indirectamente en el título de uno de sus últimos libros: ‘Superficiales ¿qué está haciendo internet con nuestras mentes?’
Yo no diría tanto, pero sí es evidente que las nuevas tecnologías están transformando nuestros procesos mentales, como lo hicieron en el pasado otras tecnologías de comunicación: la escritura, la aparición del libro, la imprenta, la prensa escrita, la televisión…etc. Las personas que nos dedicamos a la docencia lo estamos percibiendo claramente en nuestros alumnos. Yo lo empecé a notar hace unos diez años, justo cuando comenzaron a incorporarse a la Universidad los primeros nativos digitales.
Os cuento una breve anécdota de hace unos años. En una clase informé de que había enviado por error al alumnado un correo electrónico mostrando unos resultados experimentales de forma anticipada. Pedí en clase que por favor no se abriera ese correo hasta que yo lo avisara para que la información no contaminase los propios experimentos que desarrollaban los alumnos. Una alumna, bastante brillante por cierto, levantó la mano y me preguntó con cierto aire de preocupación: ¿Y eso cómo se hace? La preocupada alumna sabía que tarde o temprano no iba a poder resistirse al impulso de abrir el correo. El estímulo de un correo electrónico en la bandeja de entrada era más poderoso que ella. Estaba padeciendo problemas de control de automatismos. Lo que los psicólogos llamamos, déficits en el sistema ejecutivo. De acuerdo con algunos colegas estas situaciones no son extrañas.
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