Se aproxima la “Gran Fiesta del Orgullo” y este año su conmemoración internacional es en Madrid. Probablemente la ciudad se colapsará en la almendra central y alrededores; ni la hostelería ni sus calles sabemos si podrán absorber a tantas personas (se calculan unos dos millones o más). Ojalá la convivencia y la paz triunfen en semejante desafío.
Que yo recuerde el tema de la identidad sexual como Derecho Humano nunca lo hemos tocado en Verapaz, yo al menos no lo recuerdo. Y es un derecho, no cabe duda. Yo no pretendo desarrollarlo en este comentario pero entiendo que sería interesante hablar de él, de su proceso histórico, de las corrientes contrapuestas en el s. XX, de los países actualmente más destacados por su homofobia y los menos, de sus legislaciones, del tema en las diversas culturas, religiones, etc .
Quiero sencillamente honrar este derecho. Quiero, sólo como ejemplos, traer a dos personas, uno hombre y otra mujer, el primero científico británico ya fallecido y la segunda actriz española viva. Ambos con su identidad sexual, la suya y no la tuya, la mía o la de la mayoría. Identidad condenada por unos/as y defendida por otros/as.
Alan Turing (1912-1954): Gran matemático, criptógrafo, filósofo científico de primer orden, atleta.
Alan Turing está considerado como uno de los padres de la computación y precursor de la informática actual, incluso en las investigaciones que día en día van ganando terreno: la inteligencia artificial. Existe una herramienta en esta rama científica que se llama el “test de Turing”. Y podríamos llenar muchas hojas hablando de sus conocimientos e investigaciones pero nos vamos a detener brevemente en uno de sus trabajos: inventó una máquina, junto con el equipo que dirigía, que descifró los códigos nazis del sistema ENIGMA mediante los que se comunicaban los barcos alemanes en el Atlántico. Estos hechos fueron tan determinantes que se calcula que acortaron la II Guerra mundial en dos años o más. ¿Cuántas vidas se salvaron o cuantas más se hubieran perdido? No lo sabemos, miles y miles seguramente.
Pues bien, nada de esto sirvió para un mínimo reconocimiento porque Turing era homosexual y su carrera se truncó en 1952, fue descubierto y detenido, después condenado. Le dieron dos opciones: la cárcel o la castración química (inyectables con altas dosis de estrógenos). Eran tiempos en que ni siquiera se discutía: la homosexualidad era considerada una enfermedad y como tal era tratada, negarse al tratamiento la convertía en delito y para eso estaba la cárcel. Turing eligió la castración química y su vida se convirtíó en un infierno, falleció a los dos años de su detención, tenia 42 años. Hasta la fecha hay incógnitas sobre su muerte.
A título póstumo Gordon Brown en 2009 reconoció sus méritos y la Reina Isabel II en 2013 anuló sus cargos. A partir de ahí Gran Bretaña ha pedido perdón a este científico y diversas universidades e instituciones internacionales continúan haciendo homenajes y reconocimientos públicos a Alan Turing. ¡Qué lástima que en vida no recibiera un mínimo respeto a su identidad sexual y a su dignidad humana!
Elena Anaya (Palencia 1975) actriz, mala estudiante de jovencita, intérprete extraordinaria.
El caso de Elena no es tan importante para la humanidad, claro que no! Lo traigo precisamente porque es otra profesión muy diferente, porque es de este tiempo y de nuestro país y porque es una mujer. Podría haber elegido a otra persona anónima de las muchas que hay …
Ella fue una mala estudiante, repetidora, encajaba mal en su colegio. Su interés por la cultura no llegó hasta tarde, cuando estudió arte dramático y comenzó su andadura interpretativa. El cine la descubrió y le ha dado papeles de todo tipo. Ha hecho más de 35 películas y la admiración de la gente de su profesión y del público han hecho que los premios llegaran a su carrera: Un Goya y finalista dos veces, varios premios de la Unión de Actores (dicen que son los más difíciles), Fotograma de Plata, Ganadora del Festival de Málaga.
Podríamos decir que está haciendo un “carrerón”. Y todo esto a pesar de que hace muchos años se presentó con su pareja femenina. ¡Cúanto ha cambiado éste país! No pasó nada, el mismo respeto y oportunidades laborales. Ella, sin ocultar ni exhibir, ha hecho de su identidad sexual algo natural y digno, muestra con discreción su vida sin complejos ni alharacas ¡faltaría más!
Derechos Humanos: Dignidad Humana
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.” (Art. 1 Declaración Universal de los Derechos Humanos)
Expreso convencida y esperanzada mi respeto hacia Alan Turing, Elena Anaya y a tantas y tantas personas de cualquier lugar y condición, más inteligentes y menos, ricos o pobres, famoso o anónimos, cuya identidad sexual es distinta a la reconocida oficialmente por sociedades y religiones. Es cierto que en muchos países hemos avanzado pero queda mucho camino, ¡cuánto queda por respetar! Me alegran los avances de nuestro país en este tema y me entristezco cuando se producen actos homofóbicos.
Y me alegran frases como éstas del Papa Francisco: “La gente no debe ser definida sólo por sus tendencias sexuales” “Los cristianos debiéramos pedir perdón a los homosexuales” “… ¿Quién soy yo para juzgar…?” “La centralidad de la misericordia es para mí el mensaje más importante de Jesús”.
Adriana Sarriés
Junio 2017