Es cierto que 2017 no ha sido un año para tirar cohetes en materia de DDHH: el presidente Trump está marcando un posible y peligroso contagio entre otros gobiernos; la Unión Europea practica unas tímidas políticas en ciertas materias (emigración y refugiados especialmente) y España, que no queda al margen, retrocede a nuestro modo de ver en alguno de los Derechos fundamentales.
Lamentablemente los discursos del odio y la discriminación de las personas más débiles abundan. No nos engañamos.
Con este panorama, a pesar de este panorama, tenemos motivos para celebrar. Hay razones objetivas que brevemente resumimos aunque hay muchas más. Sólo unas cuantas :
- Las movilizaciones de las mujeres no tienen precedentes: marchas que se iniciaron en EEUU y se han multiplicado en casi todos los países, fenómenos como “#Ni una menos” y “#Yo también”. En España no se conocían manifestaciones de mujeres, (tan acompañadas de hombres, por cierto) como las que hemos vivido el 8 de marzo pasado. Es posible que 2017 haya sido el año de las mujeres y el camino hacia la igualdad avance globalmente un poquito. Será un avance desigual pero finalmente avance.
- Existe un movimiento internacional de activistas creciente que trabaja por la justicia social, por la igualdad, en contra de la pobreza, por la ecología. Este fenómeno nos permite, no sólo abrigar esperanzas sino comprobar hechos efectivos en muy diversos ámbitos.
- El ejemplo que nos están dando algunas organizaciones salvando vidas a pesar de acusaciones gravísimas es emocionante.
- Según algunos expertos nunca se ha defendido tanto a los defensores de DDHH como en la actualidad. Como ejemplo el Padre Solalinde (defensor amenazado ) nos dijo a su paso por Madrid que sabía y sentía que le protegíamos.
- En este primer trimestre han sido liberadas ocho personas, de seis países diferentes, injustamente encarceladas gracias a la colaboración de organizaciones defensoras de DDHH y las presiones internacionales.
- Qatar, organizador del mundial de fútbol de 2022, ha mejorado las condiciones de los inmigrantes que construyen los estadios gracias también a la presión internacional. Falta mucho para unas condiciones dignas, tienen que seguir mejorando. Saben que se les investiga, que se les observa.
- Kenia ha dado un paso importante hacia la abolición de la pena de muerte: Su Tribunal Supremo ha declarado inconstitucional la imposición obligatoria de la pena de muerte en caso de asesinato o robo a mano armada, únicos delitos penados con pena de muerte en el país. Esta noticia sí que es una gran noticia.
- Después de tantos años de lucha, la justicia argentina ha condenado a 29 personas a prisión por cometer delitos de lesa humanidad en el centro clandestino de detención DESMA durante la dictadura y por su implicación en los conocidos como “vuelos de la muerte”. Es un avance contra la impunidad.
- Las miles de mujeres y niñas violadas en Kosovo en el conflicto de 1998-99 tendrán derecho a una pequeña compensación económica. La mayoría de ellas sufre secuelas físicas, sicológicas y sociales. Es otro avance contra la impunidad.
- Australia ha aprobado el matrimonio homosexual. Muchas personas de aquel país están de enhorabuena.
- El papa denuncia una y otra vez los crímenes contra la humanidad, las injusticias, el paro, las miserias que nos afligen. Muestra una Iglesia más comprometida y menos autosatisfecha, abriendo camino al compromiso, al evangelio y a su transformación en profundidad.
- Movimientos sociales como los y las pensionistas, estudiantes que defienden la dignificación de la educación en todos los niveles, la Plataforma por la Sanidad Pública que sigue luchando contra la privatización de la Sanidad, las listas de espera, y promueven la buena gestión… muestran que hay importantes sectores de la sociedad que siguen vivos y activos.
Seguiremos doliéndonos con los problemas, aportando lo que podamos para un mundo mejor y celebrando también aquello que podemos y debemos celebrar. Todo es importante.
Adriana Sarriés
Madrid, abril de 2018