Hace unos meses se conmemoró cincuenta años del hermoso y valiente discurso de Martin Luther King (1929-1968) pronunciado sobre las escaleras del monumento a Lincoln en Washington: “Yo tengo un sueño” Os animo a leerlo ¡vale la pena! Pero es posible que más de uno piense que MLK queda un poquito lejos y algo pasado. Puede que sí o puede que no. Al repasar su biografía y algunos de sus discursos os puedo asegurar que me he encontrado con un hombre que trae a nuestra memoria dignidad, construcción social a base de plantar cara a su momento histórico con principios como la justicia y la libertad para los negros norteamericanos. Y sus derechos los fue conquistando con planteamientos enérgicos, muy razonados, pacíficos y frecuentemente expresándolos con poesía en las ideas y las palabras: “… que nos caiga la justicia como catarata y el bien como torrente” “… que todos los hombres, creados iguales, lleguen a sentarse en la mesa de hermandad” “ … la injusticia y la opresión sean oasis de libertad y justicia”.
Podríamos continuar. Se la jugó con inteligencia y audacia en tiempos durísimos, crueles para los de su raza. También os animo a la lectura de su emblemático libro “La fuerza de amar” Creo sinceramente que motiva a vivir el amor, la imprescindible indignación y la acción.
Pero ¡qué curioso! Al recordar a MLK en la última Junta Directiva de Verapaz (22 de febrero) vino a la memoria de uno de los asistentes otro gran hombre recientemente fallecido: Nelson Mandela (1918-2013). Es de sobra conocido el personaje y cómo evolucionó desde la lucha armada hacia la paz y la reconciliación de negros y blancos en su país, Sudáfrica. También vivió tiempos extremadamente duros, complejos… Ni todo lo hizo bien ni todo le salió bien, pero trabajó sin descanso por los derechos fundamentales de los negros sudafricanos. Durante su presidencia la “Comisión para la verdad y la reconciliación” fue decisiva en la mejora social de ese país.
A su muerte podríamos afirmar sin retórica que buena parte del mundo lo ha reconocido como uno de los grandes hombres de la humanidad.
Y sin pretenderlo, con ese cincuenta aniversario como telón de fondo, aparece también en nuestra memoria otro hombre que inspiró a Martin Luther King y a Mandela : Mohandas Gandhi (1869-1984). Vivió en India, Gran Bretaña y Sudáfrica. Pasó de ser un refinado y elegante abogado a líder de los humildes, a defensor de derechos básicos, con ropa propia de las últimas castas de su país. Su concepto de no violencia fue y es para muchos una compleja filosofía, muy distinta a la de su tiempo: resistencia pasiva, fuerza de la verdad. Marcó un tiempo injusto y difícil, dejó huellas de justicia.
MLK y Ghandi: Los dos murieron asesinados. El primero fue premio Nobel de la Paz. Ghandi no recibió ese premio. Mandela vivió buena parte de su “evolución interior” en la cárcel (27 años), recibió el Nobel de la Paz y murió de viejo.
28 de agosto de 1963 … ¿sacamos algo en limpio para nuestro vivir de 2014 o es un simple y agradable recordatorio que llena espacio?
Seguro que si lo deseáis habrá múltiples reflexiones, la mía es ésta:
El mal y el sufrimiento siguen presentes entre nosotros, y el mal no sólo viene de nosotros mismos, demasiadas veces es el resultado de abusos, de injusticias de todo tipo, de negación o violación de derechos. La búsqueda de caminos de paz, de conciliación, pasa por el amor y la compasión hacia quienes peor lo pasan, hacia quienes están más agobiados. Y hoy como siempre los descubrimos –si queremos- en muchas partes del mundo y entre nosotros.
Sin embargo pareciera que estamos asustados, como si nos hubiera atrapado el fatalismo de que esto no hay quien lo cambie. Y aunque este modelo social no nos satisface porque daña a una inmensa mayoría estamos como atontados (probablemente creímos que el sueño del bienestar iba a ser inamovible para nosotros y quizá posible para otros muchos). Tenemos que volver a encender la llama, el amor tiene que movernos hacia la indignación y la acción.
Ha sido posible recordar a estos hombres que vivieron situaciones complejas, en algunos momentos situaciones extremas, que dieron gran parte de su vida a causas nobles, causas comunes. Y lo hicieron pacíficamente. Y aprender de nuevo.
“Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos”.
MLK junio de 1963
Madrid, 27 de febrero de 2014