Al incesante goteo de hermanos dominicos que están falleciendo por el virus, tenemos que añadir tu despedida, querido hermano Juan Manuel, pues nos acaban de avisar que has descansado ya para siempre. Tras una larga enfermedad, que te paralizó la vida, hoy nos has dejado. Y los recuerdos hacia ti son inmensos y llenos de profundo cariño y admiración.
Lo primero que quisiera resaltar es que no sólo eras un hombre muy inteligente y con una sólida formación, y un excelente profesor, tanto en el Instituto Superior de Filosofía de Valladolid, como en la Universidad de Deusto y la Facultad de San Esteban, sino también un trabajador incansable, una persona muy buena y con una gran sensibilidad.
Personalmente tuve la suerte de vivir muy cerca de ti, durante 22 años en Valladolid. Y he visto lo consciente que eras de la importancia del trabajo sobre la justicia y la paz. Cómo no recordar y agradecerte, en el momento de la transición política en España, tras la muerte de Franco, el espacio de diálogo que abrimos, tú como subdirector y yo director, del Instituto Superior de Filosofía, entre cristianos y socialistas, a petición de estos. Fuiste el gran impulsor de esta iniciativa, que resultó esclarecedora para ambas partes, pues dialogamos y confrontamos la utopía socialista con la utopía del Evangelio, nuestra manera de entender una alternativa de vida basada no sólo en la libertad, sino también en la justicia, la igualdad y la solidaridad. La iniciativa fue relevante para el Instituto, que se abrió a la ciudad, y produjo un impacto importante en ella y en su universidad. En el encuentro intervinieron, además de profesores dominicos del Instituto y la Facultad de San Esteban, personalidades relevantes en aquel momento, como Gómez Llorente, Gregorio Peces Barba, Reyes Mate...
De ahí nació la Cátedra de Estudios Políticos Sociales, un espacio muy interesante, del que tú fuiste el impulsor, por tu gran sensibilidad, y siempre movido por el diálogo entre la fe y el mundo cultural, socioeconómico y político.
En segundo lugar, hablando desde Acción Verapaz, quisiera recordar tu participación en su nacimiento. En 1982 la Comisión de Justicia y Paz de la Provincia de España, creó un espacio, abierto a dominicos, dominicas y personas interesadas, para reflexionar sobre cómo llevar a la práctica la propuesta lanzada a toda la Orden, en el Capítulo General de ese año, de la opción por los pobres, la justicia y la paz, A este foro, en cuya creación participaste, lo llamamos Colectivo Dominicano por la Justicia y la Paz. Como fruto de este proceso, surgió la idea de pasar de la reflexión a la acción. Por eso, en una reunión del Colectivo, en octubre de 1994, con presencia del Promotor de Justicia y Paz de la Orden, Jacques Perennés, se tomó la decisión de crear Acción Verapaz. Y allí estabas tú, y allí fuiste elegido miembro de la Junta Directiva provisional, con el encargo de difundir y motivar al resto de la familia dominicana, a participar en esta iniciativa. Desde Acción Verapaz un cariñoso agradecimiento.
Finalmente, quiero destacar tu gran sensibilidad, tu gran a cogida a las personas y tu desvivirte en detalles hacia aquellos que se acercaban a ti, siempre con apertura y gran corazón. Gracias, Juan Manuel. La última vez que nos encontramos fue en el I Congreso Internacional Dominicano por los Derechos Humanos, en Salamanca, en el año 2016. Ahí pude comprobar que te tomabas la vida y el trabajo muy en serio. Hasta desgastarte. Quizás eso te aceleró tu despedida. Gracias, gracias y gracias, por siempre.
¡Descansa en paz!
José Antonio Lobo
Os compartimos un texto que Quintín García, dominico de la comunidad de Babilafuente, ha escrito en su partida a Juan Manuel Almarza. Por el cariño y relación que Quintín tiene con Acción Verapaz, nos lo ha enviado, y lo difundimos. Como siempre, con su sensibilidad hecha palabra: Ver texto aquí