El encuentro online comenzó con los testimonios de las componentes de la comunidad intercongregacional de dominicas e hijas de la cruz de una misión en Udon Thani, una población al nordeste de Tailandia. Dicha comunidad la forman cuatro hermanas, dos españolas, una latinoamericana y una cuarta africana, de Costa de Marfil.
Su labor la desarrollan con chicas pobres de la zona, en edades entre 10 y 17 años, que han sido abandonadas por su madre y viven con su abuela; hecho este que ocurre con cierta frecuencia en la zona cuando las madres muy jóvenes se sienten obligadas a dejarlas al cuidado de la abuela cuando pasan a vivir con un nuevo novio.
La comunidad ha enfocado su atención con las chicas siguiendo las líneas de la fundadora de la congregación, que eligió la promoción de las chicas como muy importante para la futura formación de los hogares. Las chicas acogidas en la misión son o budistas o cristianas; las religiones más frecuentes en la zona. La comunidad se encarga de que asistan a las escuelas y luego les enseñan labores domesticas y se les da una formación humana. Cuando llegan a la edad universitaria suelen abandonar la misión para dejar sitio a una nueva niña.
Contestando a las preguntas online de algunos voluntarios, las misioneras dijeron que la labor que podrían hacer los voluntarios en su misión seria la de acompañar a las chicas, ayudarles en los deberes o dar clases de inglés en la misión o en otras escuelas de los alrededores y cualquier otra labor que surja. Subrayaron la importancia de la presencia y en ese sentido dieron más relevancia al ser que al hacer.
Posteriormente dio su testimonio Lara Anthony, laica dominica, que tras su paso por el MJD y por la comunidad María de Magdala hizo voluntariado con Acción Verapaz y Selvas Amazónicas en varios países como El Salvador o Perú, donde estuvo en la zona amazónica. Lara nos habló de la importancia de tener un proyecto de vida y en este sentido realizó unas dinámicas online donde los asistentes al encuentro ponían colores y palabras que les sugiriesen su proyecto personal de vida.
Terminamos así este curso de voluntariado, tan diferente de los anteriores.
José Eugenio Azparren - Voluntario de Acción Verapaz