COMO CADA PRIMER JUEVES, NOS CONVOCAMOS EN EL CIRCULO DE SILENCIO PARA DENUNCIAR LAS INJUSTICIAS QUE SUFREN LAS PERSONAS MIGRANTES Y REFUGIADAS. Apelamos a la conciencia de quienes hacen las leyes y deciden políticamente a diferentes niveles, para que respeten los derechos de las personas y su dignidad. Seguimos asistiendo con dolor al drama, que se repite cada día, de tantas persones que buscan un futuro mejor y que por migrar son perseguidas, engañadas, deportadas, asesinadas en el mar.
Personas que caminan por nuestras calles y duermen a la Intemperie sin techo, sin padrón, sin trabajo, sin amigos, con frio y sueños congelados por nuestra indiferencia y una legislación que no ofrece oportunidades. En el círculo de este mes de DICIEMBRE queremos mostrar esperanza y continuar luchando por un mundo más justo. Especialmente queremos intensificar nuestro apoyo a aquellas personas convertidas en victimas intentando cruzar nuestras fronteras denunciando el agravamiento del drama que vive la frontera Sur europea.
Según datos de la Organización Internacional de las Migraciones, en lo que va de año se contabilizan 1.567 personas migrantes muertas intentando atravesar al Mediterráneo (la mayor fosa común del mundo) Son cifras que golpean nuestra conciencia.
Este Círculo de Silencio coincide tras el 25 de noviembre, Día Mundial contra la Violencia de Género. Por ello, en unión con las iniciativas del movimiento feminista y las organizaciones sociales, alzamos la voz especialmente para denunciar la violencia que sufren las mujeres y niñas migrantes. Si bien la violencia machista, en sus diversas formas, se extiende por el conjunto de la sociedad, las mujeres migrantes son más vulnerables y sufren más esta violencia, quedando en su caso muy a menudo oculta o invisibilizada.
La “condición migrante”- con el riesgo de estar a caer en situación administrativa irregular la mayor vulnerabilidad económica menos redes de apoyo familiar y social a estigmatización, etc.- agrava la inseguridad en la vida de las personas migrantes en general y de las mujeres en particular. Por supuesto, sin olvidar las condiciones especialmente graves que sufren las mujeres migrantes tanto en las rutas migratorias como en los campos de personas refugiadas y desplazadas.
En este Círculo de Silencio de noviembre afirmamos y compartimos nuestro compromiso, personal y colectivo por el buen trato y por construir una sociedad libre de violencia machista y en que los Derechos Humanos sean efectivos para todas las mujeres y hombres, sin importar su nacionalidad ni procedencia. Hacemos SILENCIO y traemos a la memoria y al corazón su sufrimiento y sus esperanzas. En el silencio se hacen especialmente presente las heridas de la humanidad, el egoísmo que margina y no deja de oír los gritos de los débiles. En el silencio percibimos que nada humano nos es ajeno.
Nuestro silencio permanente y firme cada mis exigiendo la acogida adecuada a personas refugiadas e inmigrantes RECLAMANDO POLITICAS JUSTAS, EL CIERRE DE LOS CIES. LA ACOGIDA Y ACOMPAÑAMIENTO QUE SE MERECEN es una semilla de esperanza que se extiende por Europa y cruza el Mediterráneo hasta los países africanos.
RECLAMAMOS políticas justas:
1. Que erradiquen la Trata de personas, protejan a las víctimas, especialmente a mujeres y menores, y que persigan a aquellas personas y organizaciones criminales que se enriquecen a costa de las víctimas.
2. Que hagan de nuestros pueblos y ciudades, tierra de acogida, donde se garantice la atención a las necesidades básicas -alimentación, vivienda, salud, trabajo, redes... de las personas migrantes.
3. Que asignen las partidas necesarias para una adecuada política migratoria en los presupuestos generales del Estado, Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos.
4. Que afronten las causas de la migración involuntaria: conflictos armados, expolio de los recursos naturales, pobreza y desigualdad, cambio climático, corrupción... y garanticen el desplazamiento seguro de las personas que deciden salir de sus países de origen, sin poner en riesgo su vida y su dignidad.
5. Que garanticen los derechos de las personas internas en los CIE y que se proceda a su cierre.
6. Que rechacen tratados ilegales, inmorales y deshumanizantes que tratan a las personas como si fuesen mercancía.
La voz de las personas más débiles es, para quienes aquí estamos, sonido de la esperanza. Esa esperanza que atraviesa concertinas, genera alianzas y nos invita a poner en juego nuestra capacidad de acogida, convencidas de que podemos transformar esta realidad sufriente. Mientras exista la injusticia y la violencia no habrá muro ni valla que pueda frenar la utopía humana.
Agradecemos el compromiso de todas las personas que participaron en este Círculo de Silencio y nos convocamos de nuevo para el día 2 de enero de 2022.