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En lo que va de 2022, la violencia contra los niños y jóvenes en Colombia sigue en aumento. Frente a ese panorama, diversas organizaciones de derechos humanos alertan sobre una “degradación de la violencia” en el país con una masacre cada dos días.
Hasta el día de hoy no hallamos respuesta a esta pregunta, ¿Qué esta pasando con los niños en Colombia?. La barbarie contra los niños,niñas y adolescentes se está convirtiendo en una constante. En este mes de enero en algunas comunidades del país ya han lamentado las muertes de varios menores.
Una de las víctimas más recientes es el menor de 14 años, Breiner Cucuñame, un líder ambiental que vivía en el departamento del Cauca su sueño era de ser guardia indígena para convertirse en uno de los mayores defensores de la "Madre Tierra". El menor fue asesinado el 14 de enero por un grupo disidente de la extinta guerrilla de las FARC .
Al día siguiente el 15 de enero varios hombres armados, presuntamente pertenecientes a las Agc (grupo armado), ingresaron de manera violenta a la comunidad de Dipurdú del Guacimo, en el departamento del Chocó. Los disparos indiscriminados provocaron la muerte tres personas, entre esas una niña de 10 años, Valeria Murillo Murillo, quien recibió el impacto de una bala cuando se refugiaba junto a su madre en una vivienda de madera.
Muchos niños, niñas y adolescentes están profundamente afectados por esta violencia además del impacto devastador que tiene el reclutamiento en los niños y niñas, de los cuales la mayoría son víctimas de abusos, presencian asesinatos y violencia sexual, se ven obligados a cometer actos de violencia y son arrancados de sus comunidades y hogares.
Son tantas las acciones que se quieren tomar, entre esas varias organizaciones privadas han creado grupos de élite que busca prevenir, investigar y sancionar estos actos de violencia. Es importante destacar que la garantía de los derechos de la niñez es un asunto que nos concierne a todos y no exclusivamente al ámbito privado y de la familia.
Te callaron
Te callaron los que temen la palabra,
los que odian a aquellos
que ponen voz a los gritos del planeta.
Te callaron porque miran solo por sus intereses
y niegan el derecho que tienen todos los seres
a disfrutar de una tierra que es de todos
y, por tanto, que no es de nadie.
Te callaron a tus catorce años,
con toda tu vida por delante.
No querían que siguieses siendo
semilla del compromiso por un
mundo más limpio, más saludable,
más diverso y más bello;
un mundo que fuese verdaderamente
la casa común de todos y de todas.
Te callaron, sin pensar que no podrán callarte
como tampoco pudieron silenciar
a otros mártires del medio ambiente en el pasado,
porque sus vidas, vuestras vidas, seguirán hablando
incluso después de muertos.
Javier Aguilera