ENTREVISTA A NUESTRAS HERMANAS DOMINICAS QUE ESTÁN EN UCRANIA
La vida cotidiana en Dim Ditey (UCRANIA)
A modo de presentación
En 1997, la Congregación Sto. Domingo, Granada, España, perteneciente a la familia dominicana llegamos a Ucrania con el objetivo de abrir la misión “María Madre de Dios” respondiendo a la llamada del Maestro general de la Orden, de atender todos estos pueblos eslavos, dadas las condiciones en las que quedaron los países, al ser despojados por el comunismo, de toda libertad, aún la religiosa, y de tantos valores humanos. Queríamos abrir la “primera escuela católica” del país, cosa que no fue posible.
Estudiamos el medio en el que se movían los niños: Niños abandonados en las calles, familias carentes de recursos básicos para vivir, niños afectados en su salud por la catástrofe de Chernóbil… y abrimos la CASA DE LOS NIÑOS, DIM DITEY en 2001. Este centro ecuménico comenzó con 2 niños. Luego fueron llegando otros y se llenó de risas y credos, ortodoxos, católicos, romano y greco, protestantes de diferentes confesiones y aún los no creyentes traen a sus hijos porque aquí dicen se siente “algo que no sé decir, pero que da paz”. Hemos tenido más de 200, pero con los espacios limitados de la pandemia estamos con unos 140 con asistencia irregular según las olas de COVID. Hay muchos en lista de espera, esperando que los llamemos si hay bajas. Os hacéis preguntas sobre nosotras y la situación y trataremos de contestarlas en familia.
¿Cómo estáis? ¿Tenéis miedo ante esta posible ‘invasión’ rusa?
Estamos bien. Hemos ido viviendo los avatares de esta guerra que ya lleva 8 años y en la que hemos estado otras veces más cerca de “La franja, o la línea, de guerra,” como se le llama, que ahora mismo. Esta línea, ha ido creciéndose o encogiéndose, sobre todo en los primeros años y lleva un tiempo más o menos estable. Nosotras estamos ahora a unos 600 km. de ella.
Poco a poco hemos ido aprendiendo a ver las manipulaciones de la guerra nueva, esta guerra hibrida, con informaciones exageradas o desinformación durante otros períodos largos, según interesa a los “hacedores de guerras”. Lo mismo pasó en 2014 en Maidán, o en la anexión de Crimea en el 16, o en la desestabilización de fronteras en Lugansk, y Donest. Así que, aprendiendo a discernir verdades en medio de las mentiras, y a caminar más por los caminos de la resiliencia que por los del pánico, con actitudes prudentes. Y no, no tenemos miedo. En estas guerras largas y encalladas, es esclarecedora la respuesta de Jesús a los que le dicen que Herodes lo busca para matarlo: "ID y decidle a este zorro: Hoy y mañana seguiré echando demonios y haciendo curaciones, y pasado mañana terminaré. Por lo demás, seguiré mi camino hoy, mañana y pasado mañana, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén» (Lc, 13, 32-33). Así hoy y mañana… hagamos su obra. Vivir cada día su afán y su tarea, decía nuestra fundadora Teresa Titos: “Tomar las cosas con calma, que ahora no es tiempo de morirse y cada una hace falta en su puesto”. Y ellas estaban viviendo los tiempos de la disolución de Congregaciones y cuando echaron a los dominicos de Granada.
¿Qué tal está la población con la que compartís la vida?
Como decía arriba, a lo largo de estos 8 años, hemos sido sólo “una noticia” en momentos puntuales. No se ha hablado mucho sobre los grandes desplazamientos sobre todo a Járkiv y Kiev, huyendo de la guerra, ni de los problemas de la población más vulnerable: los ancianos en los puntos de fuego cruzado para cobrar la pensión, en los puntos en que los puentes no han sido reconstruidos…Ni de los niños y jóvenes atrapados en una situación sin sentido para ellos, muchos perdidos o alejados de sus familias, otros huérfanos, ni de los problemas de desesperanza en la franja costera de Mariupol, ni del cierre de empresas y la emigración que antes era de adultos, va siendo cada vez más joven, con el riesgo que supone en jóvenes casi adolescentes. Mucho se ha hecho desde Caritas, la Cruz roja, la legión de María y de muchísimas personas anónimas, como familias de nuestro centro que han adoptado a niños, o de los jóvenes casi adolescentes, que al no encontrar trabajo, buscan en el ir a la guerra ayudar a sus familias. La fibra espiritual de este pueblo es fuerte y resistente, como las plantas y las flores, que aún debajo de la nieve, desprenden su calor y se hacen su microclima, y cuando menos piensas, los tallos y las flores rompen la nieve. Tienen coraje para salir a las plazas, esta semana a dar gracias por las personas y los pueblos que los apoyan en su deseo de ser libres, de pertenecer a un grupo de naciones libres como ven a la UE, de contar con defensa que los ayude a no volver al sometimiento de regímenes comunistas y a continuar en el trabajo de cada día, y como dicen los que chapurrean español “No hay que panicar, podremos con esto”.
Cuéntanos un poco el proyecto que lleváis entre manos y si podéis seguir viviéndolo con paz
En Dim Ditey trabajamos normal, con las dificultades normales de la guerra y del COVID, en nuestro día a día con las familias, los niños y los jóvenes, subrayando el eje “niño-familia”, para evitar que la pobreza o el deterioro de relaciones de los padres, o las dificultades de madres solteras, los pongan en riesgo. Es un centro abierto de primera evangelización, ya os hemos hablado de diferentes confesiones cristianas, y algún musulmán y judío. Los católicos son 30 de un total de 140 niños.
Nuestra línea educativa es la educación integral, en base el Evangelio. Tenemos siempre, educación en valores humano- cristianos y teatro. Según la capacitación de las monitoras: deporte, manualidades, pintura dibujo, música, canto, danza. Los niños vienen cada día a Dim Ditey después del horario oficial de la escuela, de 4-6 y los sábados de 10 a 13 de la tarde. Cuando terminamos, antes de irse a casa, toman una merienda.
Tenemos una atención especial a la familia revalorizando la función del “padre”, con charlas educativas y oración con los padres, que ahora extrañan, pues las diferentes olas de covid no nos dejan realizarlas. La celebración de la Navidad tuvimos que hacerla en 5 grupos. Los niños representaron en español y ucraniano, los primeros capítulos de Mateo y Lucas. En cada escena, cantamos un villancico alusivo, y en la pantalla, poníamos las letras en las dos lenguas, y terminamos con una oración de los niños y los regalos de Navidad que aquí trae S. Nicolás, que fue obispo de Kiev, en medio de grandes estrellas. Fue una fiesta preciosa, aunque con menos padres que otras veces, porque hay mucho COVID y habíamos pedido certificado de vacunas, y aunque se ha vacunado un buen grupo de la población, son muy reacios a las vacunas, porque las infantiles han causado muchas muertes, ya que, no en todas partes, se tiene la infraestructura para conservar la cadena del frío.
Estas semanas últimas han sido un poco de locura, por la solicitud de diferentes cadenas de TV y radio, que ya conocéis, aunque en nuestra agenda estaban las reuniones para los trabajos del sínodo. Hemos procurado responder, como hemos podido, a todos, no en balde nuestro lema del año es: Atreverse a perseverar.
En las reuniones del sínodo hemos participado 3 hermanas dominicas, y una oblata, 4 monitoras católicas, una greco-católica, tres ortodoxas, y una protestante que por el Covid no pudo asistir. Nacionalidades: 8 ucranianas, 2 ecuatorianas y 3 españolas.
Ha sido una alegría inmensa de compartir la Palabra de Dios, las interpelaciones que nos hace y las que recibimos unos de otros, para comenzar un camino real con Dios. Nos alegra compartir la fe y aprender unas de otras de la manera real de vivirla. Para todas la lengua, es una dificultad. Para nosotras extranjeras el ucraniano y para las monitoras ucranianas el español, aunque eso no nos impide la comunicación, el lenguaje del cariño se entiende siempre y nos ayudamos con las traductoras que conocen las dos lenguas. También aquí se hace notar la pandemia en la asistencia irregular de los niños y la disminución de reuniones con las familias, ya que la formación y los encuentros nos animan y ayudan a todos.
Fue hermoso constatar en estas reuniones, y una alegría para el alma, el ver como Jesús nos llama a caminar con Él, o a comenzar camino, y a vivir en amistad y esperanza. En los niños hemos constatado un primer encuentro con Jesús, el crecimiento en el respeto mutuo, en el compañerismo y la amistad, el cambio y la integración de los que han venido de la guerra, su alegría, y el sentido de la responsabilidad y del orden, de todos en este último tiempo. Queremos continuar con el ambiente de familia y sosteniéndonos en la esperanza, aprendiendo la manera de acercarnos a las familias y a los niños, con amor, comprensión y alegría, ya que lo que nos une es el amor de Dios.
¿Qué nos pedís a los que estamos aquí?
Que recéis con nosotras por este pueblo que ha sufrido y sufre tanto, buscando la libertad, y acosado por los hacedores de guerras, vecinos y otros, que al deshumanizarse buscan en la guerra un negocio, y olvidan que todos somos personas. Que recemos juntos por los padres de los niños que están en el frente, la línea, como se la llama familiarmente, por los mismos niños-adolescentes que al salir del centro encuentren trabajo, por tantos jóvenes que al no encontrarlo se enrolan voluntarios, para llevar un sueldo de guerra a sus casas, para que ayude a sus familias, por los viejitos jubilados que viven en la línea y tienen que pasar por los puentes helados y hacer a veces más de un km a pie, para pasar la tierra de nadie y llegar a la parte ucraniana, para cobrar unos 100 € de pensión… Por los niños que aún quedan allí y sufren entre bombardeos y las terribles minas que mutilan…
Nosotras sufrimos por ellos, pero vivimos en una normalidad en alerta y muy cuidadas por nuestra embajadora, que entre otras cosas se educó en las dominicas de Valladolid. Nos llegan las consecuencias, y algunas las vivimos de rebote, pero la verdad es que estamos viviendo en las manos de la providencia y nos acarician, de tal manera, que no sabemos ni qué decir.
¿Os acordáis de lo que decía Pedro en los Hechos: "Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños"? Vamos compartiendo estas realidades con quienes no pensábamos: La Iglesia necesitada, el programa de la 13 tv Perseguidos pero no olvidados, la COPE en la linterna, la tarde, la noche, Radio María… y la respuesta ha sido tan generosa, que nosotras a quienes sólo nos quedaba dinero para continuar la obra hasta junio siempre confiando en S. José, nuestro administrador, podemos pensar ahora en una caldera nueva, para la que ya estamos haciendo trámites, pero ni en nuestros sueños más locos, podíamos pensar que nuestros viejos huesos de 71 a 81 años, iban a recibir, la ayuda de un ascensor, para el que ya hemos buscado el lugar para el hueco y estamos haciendo las gestiones.
Han sido unas semanas de ir de emoción en emoción. Por una parte viendo si llega el caso extremo, como poder acoger en nuestra casa o ser acogidas en otra comunidad que vive en la frontera con Polonia, por otra parte recibiendo llamadas de ánimo de tanta gente generosa y cercana, de familiares amigos y gente interesada en la misión, de otros conocidos como Iberdrola, Naturgy, los ascensores MP, nuestro querido Ramón del Dúo dinámico, otras de desconocidos y hasta de la reina Sofía, que llamó a Ángel Expósito queriendo colaborar con la obra. Ha habido momentos de tanta emoción, que nos aturullábamos al rezar, y teníamos que quedarnos en silencio, dejando que el corazón se serenara y encontrara su propio latir con Dios.
No sabemos lo que resultará de todo esto. Nosotras normalmente necesitamos ayuda para la comida de los niños, mantenimiento de luz y calefacción, ayuda para becas de las niñas, sobre todo, y ayuda para enfermedades raras, que muchas veces son consecuencias de Chernóbil, pues estamos a unos 100, 120 km del lugar del accidente. Ahora estamos ayudando a una niña de 2 años que tiene una enfermedad rara parecida al ELA, pero que mejora y crece, aunque todavía hay que alimentarla por sonda, pero ya puede respirar sola algunas horas.
Lo que “soñamos” de verdad es que haya chicas jóvenes que se unan a nuestros sueños de vida dominicana, con las que los “cumanos” para los que santo Domingo se dejó la barba, puedan continuar recibiendo el mensaje de Jesús.
Desde estas tierras de los cumanos, soñadas por nuestro Padre, os mandamos un abrazo grande.
Antonia, Mª Jesús y María
Congregación de Santo Domingo en Ucrania