Los pasados días 8 y 15 del mes de febrero tuvimos las jornadas de Acción Verapaz. Estas jornadas fueron el reencuentro después de un tiempo sin las mismas debido a la pandemia y, por tanto, fueron también unos días de alegría y agradecimiento.
El día 8, estuvieron con nosotros Javier Saavedra, presidente de nuestra ONG en Sevilla, y Virginia Paloma, ambos profesores de la universidad de Sevilla.
Javier nos hizo tomar conciencia sobre algunas ideas: como los movimientos migratorio han sido la norma en nuestra historia y fuente de cultura, que dichos movimientos no solo son de sur a norte sino que también se producen de sur a sur y al interior de los propios países, que las fronteras son protectoras de derechos, que el mundo es ya una aldea global y que esto influye tremendamente en estos movimientos migratorios y la complejidad que existe para gestionar la diversidad pero, al mismo tiempo, la riqueza que supone.
Virginia Paloma centró su exposición en los diferentes aspectos que hacen que las personas migrantes se sientan satisfechas con su vida. Aquí nos habló de la importancia de tener los papeles o la residencia, de la consecución de la vivienda y el lugar donde esa vivienda se encuentre, de la obtención de un trabajo. Igualmente se refirió al acceso a los servicios de salud y a los servicios comunitarios. Y no pudo dejar de manifestar la importancia de que las personas migrantes se sientan parte activa de la comunidad, de que conozca su lengua y de que pueda mantener sus raíces culturales además de adaptarse a la cultura de destino. Tampoco dejó de señalar la importancia de una red de apoyo social y de la necesidad del ocio. Para terminar su intervención se refirió a una guía de recursos que había elaborado y a un programa de apoyo para las personas migrantes en el que trabajaban los diferentes duelos que sufren las mismas.
El día 15 estuvieron con nosotros fr. Javier Gómez OP., Director del departamento de migraciones de la Conferencia Episcopal Española y Salvador Diánez, Vicario de pastoral social y Delegado de migraciones de la Archidiócesis de Sevilla.
Fr. Xabier Gómez compartió con nosotros los desafíos que los movimientos migratorios nos tienen que llevar a afrontar: aprender a gestionar la diversidad que no siempre sabemos hacerlo, eliminar los prejuicios que podamos tener, crear un discurso contrario al discurso de odio o xenófobo y al discurso del miedo, hacer una lectura positiva de lo que las personas migrantes aportan a nuestra sociedad, a nuestra economía y a nuestras propias parroquias, las cuales se ven revitalizadas. Otros desafíos son la acogida y la regularización de estas personas, la consecución de flujos migratorios ordenados que no cuesten vidas y con los que no se hagan negocios, el conocimiento mutuo y la creación de espacios de encuentro que ayuden a dicho conocimiento. Es importante el mantenimiento y el refuerzo de los vínculos sociales, tanto los familiares, amigos y compatriotas como los otros que se establezcan. La vida social es esencial.
Para finalizar estas jornadas, Salvador Diánez nos estuvo hablando de lo que podíamos hacer para llevar a cabo esta acogida en nuestra archidiócesis de Sevilla. Nos habló de los corredores de hospitalidad. Estos corredores son necesarios para que las personas se sientan acogidas y se vean acompañadas en su proceso migratorio. Sevilla, que no suele ser una ciudad de permanencia sino un espacio de paso, por medio de estos corredores de hospitalidad puede acompañar a las personas que quieran seguir dicho proceso migratorio. Nos invitó a impulsar los corredores dentro de nuestras posibilidades, ofreciendo viviendas o nuestra propia comunidad parroquial como espacio de familia y de encuentro, ofreciendo respuestas a los vacíos del sistema de integración de la administración, contribuyendo a la concienciación, siendo denuncia, favoreciendo el conocimiento mutuo, etc. También nos comunicó la posibilidad de convertirse en familia de acogida, de formar parte de la red de acompañamiento y de mentores, las personas que acompañan y de fortalecer otras pastorales como la pastoral de acogida…
Tanto el primer como el segundo día se dio tiempo para el diálogo y las personas que asistieron pudieron hacer sus preguntas o sus comentarios. No quiero terminar estas palabras sin agradecer a los ponentes de estas jornadas su bien hacer y sin agradecer a todos los asistentes al acto por su presencia.