Creo que lo mejor de las vacaciones al salir de África es la distancia, la distancia del clima, del paisaje, de los acontecimientos, de las personas y proyectos… no por cansancio o aburrimiento sino por poder contemplar con tranquilidad vivencias y perspectivas porque África engancha y te abraza tan fuerte que te absorbe y es conveniente desasirse un poco para asimilar pausadamente las experiencias pasadas.
Es lo que hacía desde mi balcón de la calle Morería frente a la fachada de la iglesia de Santiago en Zaragoza
Regreso ahora de España donde he pasado dos meses descansando, controlando la salud y visitando amigos, familia, compañeros y colaboradores. Les he hablado de Niger, del país y sus gentes, de nuestro trabajo misionero y de nuestra actividad y proyectos con los niños y jóvenes invidentes de Gaya y Dosso.
He aprovechado todas las ocasiones que se presentaban para hablar de nuestra misión y de estos niños, los más pobres y marginados en el país más pobre. A tiempo y a contratiempo, diría otro; y muy contento con el resultado: son numerosas las personas que me han mostrado su interés y también su solidaridad y apoyo en nuestros proyectos. Me han sorprendido, sí, de verdad, a pesar de estar curtido en estas lides; os aseguro que he regresado ufano y contento a Dosso.
Eso anima, y os lo podéis imaginar.
Os voy a ofrecer dos ejemplos de este interés que me parecen muy significativos de todo el conjunto:
- El primero me lo ofreció la Fundación “Ilumináfrica” de oftalmólogos de Zaragoza que visitan con frecuencia Chad o Camerún y operan a personas invidentes por aquellas tierras y que dieron como premio especial a uno de nuestros niños, Abdul Aziz, de microrrelatos solidarios, por su poema “Mis manos son mis ojos”.
- El segundo me lo ofrece mi sobrina Paula, Paulica, un encanto de niña de 11 años que, oyéndonos hablar de estos niños invidentes, lo que sufren de su aislamiento y marginación, no se le ha ocurrido otra cosa, seguramente con la ayuda de su madre, de escribirles un libro, todo un libro en francés y escritura Braille “Sensation en couleurs” para ellos, que me emocionó, que nos emocionó a toda la familia reunida..
No sé cómo lo hizo ni me lo puedo imaginar, pero aquí lo he traído para entregárseles y explicarles lo que haya que explicar.
Podría aportar más ejemplos, pero creo que con estas dos muestras basta y son lo suficiente elocuentes de vuestro corazón, sensibilidad y generosidad; la mejor manera de obrar por un mundo mejor.
Un abrazo muy fuerte,
Rafael Marco
Misioneros de África - Níger