Oponerse al refugio es amenazar la vida
Volvemos a unir nuestra denuncia a la vulneración de derechos que sufren las personas migrantes. Tal vez somos pocos, pero estamos aquí porque creemos en la necesidad de una sociedad de acogida y hospitalidad, y lo hacemos visible, trayendo a este círculo rostros, historias y sensibilidad.
Según la Declaración de Derechos Humanos, migrar debería ser una elección libre. Sin embargo, la realidad es que los conflictos, la inseguridad, la pobreza y los desastres ambientales obligan a migrar. Cuando se cumplen 30 años del genocidio de Ruanda y ante la masacre que se está viviendo en Gaza, debemos tener en cuenta la peligrosa tendencia global hacia políticas divisivas y cargadas de odio. No podemos mirar hacia otro lado.
El 10 de abril fue un día triste para la historia de Europa, ya que fue aprobado el Pacto de Migración y Asilo que legaliza vulneración y represión contra los migrantes. Rechazamos las prácticas que ponen en riesgo vidas humanas y vulneran los derechos de protección internacional y refugio tales como:
- El establecimiento de acuerdos con terceros países no europeos para la externalización de las fronteras que impiden la llegada de personas migrantes y readmiten a las personas devueltas y solicitantes de asilo. Actualmente se consideran seguros para realizar acuerdos países donde se dan sistemáticas violaciones de derechos humanos (por ejemplo Siria, Libia, Marruecos..).
- La promoción de la construcción de macrocárceles para procedimientos de solicitudes, sin garantías legales ni siquiera para los menores.
- El pacto pone precio a la vida humana pagando 20.000€ por cada vida que los países deciden no acoger y despreciar.
- La libertad de los estados a denegar la solicitud de asilo sólo por el país de origen sin analizar la circunstancia de cada persona.
- Este pacto promueve el tráfico de personas, rutas con muertes y sufrimiento. Reclamamos vías legales y seguras, y la garantía de los derechos humanos
Más de cuatrocientas ONGs y organizaciones de la sociedad civil europeas rechazamos ese pacto, y pedimos al Parlamento de España que en los reglamentos y cambios en la ley de extranjería, se adopten medidas justas, que ponga el foco en los procesos de integración y no en la violencia en las fronteras, que se solucionen los problemas que hacen imposible conseguir citas de solicitud de asilo, que la ILP de regularización de inmigrantes no quede abandonada.
La alarma también ha saldado en los resultados de las elecciones europeas con el crecimiento y representación de partidos extremistas sin precedentes, con discursos antinmigración sin humanidad. Nosotros seguimos apostando por un modelo inclusivo, por los valores de la solidaridad y hospitalidad.
Aquí en Valladolid seguimos apoyando la construcción de un centro de acogida. Rompamos los prejuicios y tabúes sobre las personas refugiadas. Demostremos que Valladolid es realmente una ciudad acogedora; que formamos parte de la Red de Ciudades Interculturales porque creemos en el valor positivo de la diversidad.
Lo que hacemos hoy es un círculo de esperanza, y necesitamos esa fuerza para actuar como motor de cambio social y soñar un futuro que sea esperanzador para todas las personas vengan de donde vengan.