Desde el corazón del Líbano, el misionero Juan Carlos Fuertes comparte su experiencia tras tres años de misión en Fratelli. Durante este tiempo, ha sido testigo de la resiliencia y la esperanza de las personas que, a pesar de vivir en la dificultad y la precariedad, nunca ceden a la desesperanza.
"Desde que llegué aquí hace tres años, sigo sorprendiéndome por la calidad humana de quienes nos rodean. Tanto libaneses como sirios, educadores, niños, jóvenes y adultos que asisten a nuestros programas, viven en la precariedad, en la provisionalidad… y aun así, siempre buscan la manera de sobreponerse y vencer las dificultades."
En este testimonio, Juan Carlos nos relata la historia de Alí, un joven refugiado que, como tantos otros, intentó llegar a Europa a través de Libia. En su travesía, vivió en condiciones infrahumanas, casi como un esclavo. Tras enfrentar innumerables dificultades, logró llegar a Europa, pero hace unos días regresó al Líbano. Su historia es la de miles de refugiados que, a lo largo de su vida, solo encuentran puertas cerradas: la de Siria, la del Líbano, la de Europa… mientras buscan, incansablemente, un lugar donde vivir con dignidad.
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