La República Democrática del Congo (RDC) atraviesa una de las crisis humanitarias más graves y prolongadas del mundo, un drama que, pese a su magnitud, apenas resuena en los titulares internacionales. En el este del país, provincias como Kivu del Norte y Kivu del Sur son escenario de una violencia despiadada impulsada por casi 100 grupos armados, entre ellos el Movimiento 23 de Marzo (M23), que han convertido la región en un campo de batalla por el control de sus ricos recursos minerales: coltán, oro y cobalto, esenciales para la industria tecnológica global. Según la ONU, más de siete millones de personas han sido desplazadas por los combates, mientras que miles han perdido la vida en ataques que incluyen ejecuciones sumarias, violaciones y saqueos.
Recientes informes de medios como Associated Press y Euronews destacan la escalada del conflicto en 2025. El M23, con presunto apoyo de Ruanda, ha intensificado sus ofensivas, tomando ciudades estratégicas como Goma y Bukavu, dejando tras de sí entre 3.000 y 5.000 muertos solo en Goma, según estimaciones, y al menos 275.000 desplazados. La caída de estas ciudades ha colapsado servicios básicos como agua, electricidad e internet, mientras los hospitales, desbordados, luchan por atender a los heridos, de los cuales más del 60% son civiles, según la Cruz Roja. La brutalidad de las milicias, como el ADF de origen islamista, incluye actos de extrema violencia contra mujeres y el reclutamiento forzado de niños soldado, agravando una crisis que ya lleva décadas.
En Kinshasa, a más de 1.500 kilómetros del epicentro del conflicto, la inseguridad también se hace sentir. El 16 de febrero, la policía tuvo que proteger parroquias ante amenazas de militantes del partido gobernante, en un contexto de tensiones políticas tras la visita de obispos a líderes rebeldes. Mientras tanto, esfuerzos diplomáticos como el encuentro entre el presidente congoleño Félix Tshisekedi y su homólogo ruandés Paul Kagame en Catar, realizado en marzo de 2025, o las fallidas negociaciones en Angola con el M23, reflejan la fragilidad de las esperanzas de paz. La retirada del M23 de las conversaciones tras sanciones de la UE a sus líderes, evidencia cómo intereses externos complican aún más la resolución del conflicto.
En este contexto de violencia cotidiana, nuestras hermanas de la Congregación de Santo Domingo, en Kinshasa, vivieron un episodio que refleja la vulnerabilidad de quienes habitan este país. La noche del 18 de marzo, recibimos una comunicación de Cristina Antolín, donde narra la situación vivida: “A las 2 de la mañana, un grupo de bandidos, conocidos como ‘Kuluna’, entró en nuestra casa. Venían unos 20 con machetes, piedras, barras de hierro… Rompieron el muro, saquearon todo: teléfonos, ordenadores, dinero… Destrozaron puertas, colchones, armarios. Nos encerramos en un lado de la casa y, gracias a Dios, ninguna hermana resultó herida, aunque el susto aún nos dura”. Este ataque, que dejó a la comunidad de 9 hermanas y 4 postulantes sin nada, es solo un ejemplo del terror que enfrentan miles de congoleños diariamente.
Desde Acción Verapaz, esta realidad nos interpela profundamente. Hemos trabajado en distintas zonas del Congo, apoyando proyectos de educación, salud y formación, pero especialmente en el barrio de Kimbanseke, en Kinshasa, donde está el Colegio “Madre Teresa Titos”. Allí hemos construido nuevas aulas y baños para que niños y jóvenes tengan un espacio digno donde aprender, en una zona marcada por la precariedad y la violencia, como la que vivieron nuestras hermanas. También hemos equipado talleres de costura para mujeres, respaldado a niños con discapacidad y enviado voluntarios al terreno, esfuerzos que nos vinculan al dolor de este pueblo y nos urgen a actuar.
Nos unimos al dolor de este pueblo y alzamos su voz. Queremos invitarte a apoyar de manera directa a esta congregación, que ha sido golpeada en medio de su entrega generosa, puedes colaborar a través de las siguientes cuentas:
Cuenta bancaria de la Congregación:
ES89 0075 0010 0106 0035 9491 (Banco Santander)
BIC: BSCHESMM
O a las cuentas de Acción Verapaz:
Cuenta bancaria: ES74 0075 7007 8706 0635 8033 (Banco Santander)
Bizum: 02563 (Acción Verapaz)
Concepto: Casa Kinshasa
Todo lo recibido llegará directamente a nuestras hermanas, para que puedan reconstruir lo perdido y seguir siendo luz en medio de la oscuridad.
Un conflicto alimentado por intereses y olvido
La RDC, con una riqueza mineral que podría convertirla en una potencia, sigue atrapada en un ciclo de expolio y violencia que remonta a la colonización de Leopoldo II de Bélgica y se perpetúa hoy con la complicidad de actores regionales e internacionales. Ruanda y Uganda, acusados de respaldar al M23, se benefician del comercio ilícito de minerales, mientras acuerdos como el firmado en 2024 entre la UE y Ruanda para la explotación de coltán y tantalio, levantan sospechas sobre el verdadero interés de Occidente: garantizar materias primas a bajo costo, sin importar el precio humano. Analistas como Guadi Calvo advierten que el conflicto podría derivar en una guerra regional si no se frena la ambición por estos recursos.
A pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (MONUSCO) y los esfuerzos de la Iglesia local, que lucha por llevar ayuda en un terreno minado por milicias y sin infraestructuras, la paz parece lejana. Sin embargo, historias de solidaridad, como las de misioneros que permanecen en el terreno o civiles que arriesgan todo por ayudar, nos recuerdan que aún hay esperanza.
Escucha el testimonio de Cristina Antolín desde Kinshasa