BULOS, MEDIAS VERDADES… Y DERECHOS HUMANOS
Si cualquiera de nosotros nos preguntamos y preguntamos al azar cuales son las cosas importantes en la vida, es muy probable que las respuestas se parezcan mucho: Comer y beber, tener una casa, un trabajo que nos permita vivir dignamente, hacer el amor, cuidar a nuestros peques y a nuestros mayores , tener amigos, una familia. Amar. Y es muy probable que, después de pensarlo, añadiríamos cosas como: Una buena Educación, buena Sanidad, buenos Servicios Sociales, buen transporte, buena Justicia, un país que funcione… En definitiva: no sólo lo personal sino también lo público; es casi imposible separarlo. Y en todo ello encontramos los Derechos Humanos y la vida en libertad.
Desgraciadamente percibimos en nuestro entorno y en el conjunto de la sociedad, en todas sus formas, incluidas declaraciones en los medios y en las redes, bulos y medias verdades que nos hacen difícil la convivencia. No nos escapamos, nadie se escapa. Crece la desconfianza. Y a base de mentiras nos cargamos lo mejor de nosotros mismos. ¿Cómo construir algo bueno de este modo?
“Enmerdar” (= enmierdar) fue la palabra elegida en 2024 por el diccionario más antiguo de Australia. Algunos analistas de nuestro país afirman que también nosotros podríamos elegirla como favorita. Enmierdar el discurso en el Congreso, en los debates, en las redes, en otros muchos ambientes… No nos molestamos en pensar, en comprobar. La ciencia cuenta poco, la verdad tampoco cuenta. Unos contra otros, todos contra todos. ¡Qué cansancio y qué riesgo corremos si nos dejamos arrastrar!
Queréis ejemplos de bulos?: El cambio climático no es para tanto, la grave desigualdad es una exageración de la izquierda, la inmigración es responsable de muchos problemas, Vallecas es un barrio peligroso, las pensiones nos quitan el sueldo a los jóvenes, etc.
¿Hacia dónde queremos ir, qué barrio, qué ciudad, qué sociedad queremos? Dónde dejamos esa aspiración de ser y tener una Comunidad Humana donde estemos a gusto? Las personas creyentes con frecuencia ignoran las palabras del Evangelio de Juan: “La verdad nos hará libres” (Juan, 8 -32). ¿Qué lugar queremos que ocupe la Declaración Universal de los Derechos Humanos que tanto ha colaborado en la mejora del mundo desde la II Guerra Mundial?
Adriana Sarriés