El pasado mes de abril, las autoridades sanitarias de Haití confirmaron oficialmente la presencia de la fiebre Chikungunya en territorio haitiano, la más reciente epidemia que viene a sumarse a la del mortal cólera que, en un lapso de casi cuatro años, ha causado la muerte de 8.482 personas, además de los 693.875 casos confirmados.
La chikungunya se trasmite por mosquitos y es originaria de África. Allí se mantuvo durante muchos años hasta que en 2005 aparecieron los primeros casos en el sudeste asiático y en regiones del Océano Índico. Así que era cuestión de tiempo que llegara a América. La puerta de entrada: el Caribe.
Aunque sin consecuencias letales como el cólera, la chikungunya ha afectado ya a 3.460 personas en Haití y se ha propagado a los diez departamentos en que está dividido el país, siendo los más afectados los departamentos del Sureste y Noroeste y el departamento del Oeste (donde se encuentra la capital), con el 75 % de casos.
La respuesta del Ministerio de Salud girará en torno a un plan de acción de cuatro ejes principales: difusión, formación, control del vector y campañas de sensibilización entre la ciudadanía. Entre otras medidas preventivas, se alentó a incrementar la higiene, destruir los criaderos de insectos y evitar el agua estancada.
Este plan de acción se activó dos semanas después de anunciar que el gobierno se estaba preparando para evitar la propagación de la enfermedad en el país, debido a su presencia en la vecina República Dominicana, donde los casos de fiebre chikungunya se han duplicado en las dos últimas semanas y ha afectado ya a más de 53.000 personas.
De momento ya se han emprendido algunas acciones para contrarrestar la nueva enfermedad, como fumigar el barrio de Jalousie, en Puerto Príncipe; aunque la campaña de fumigación se llevará a cabo en los 10 departamentos, para erradicar la proliferación del mosquito portador de la chikungunya y de otros males endémicos como el dengue y la filariasis.
En el mes de mayo, los medios locales reportaron la presencia del virus en Carrefour, al sur de la capital haitiana, donde casi todas las personas se resisten a acudir a un hospital para recibir atención médica, y recurren a la automedicación y a la medicina natural para combatir el dolor y la fiebre, lo cual se ha convertido en el mayor problema de esta enfermedad de baja mortalidad.
La fiebre Chikungunya es una enfermedad viral que se contagia a través del mosquito Aedes Aegypti, y por otro llamado Aedes Albopictus, el mismo que transmite el dengue, pero a diferencia de éste, produce dolores articulares y musculares más intensos y erupciones en la piel. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad es de baja mortalidad y no existen vacunas ni tratamiento específico, por lo cual su medicación se orienta a aliviar los síntomas que, además de los anteriores, también incluyen fiebre alta, diarrea, vómito y dolor de cabeza. Agrega que debe evitarse la aspirina y que las medidas preventivas consisten en eliminar sus criaderos y evitar las picaduras de los mosquitos. La prevención de esta enfermedad puede ser un reto, pues el mosquito pica sobre todo durante el día, con lo cual las mosquiteras de la noche no suelen servir de mucho. La única protección segura es el repelente, la manga larga y pantalones, que, aunque parezca ser algo sencillo, el calor del Trópico puede dificultar la tarea.
Los síntomas aparecen entre cuatro y siete días después de la picadura del mosquito infectado y la mayoría de los signos clínicos duran de tres a diez días. A diferencia del dengue, los dolores provocados por la chikungunya son más intensos y los síntomas pueden durar hasta dos años. Los pacientes quedan inmunes después de padecerla, aunque se han dado casos en que este dolor puede quedar de por vida.
Aunque la fiebre Chikungunya no representa de forma directa peligro de muerte, sus síntomas pueden agravar enfermedades preexistentes, como la diabetes e insuficiencia renal, y conducir al deceso. Por el momento, ya se han registrado 14 fallecimientos en el Caribe relacionados con la fiebre.
La enfermedad es común en Asia y África desde 1953 y en diciembre del 2013 la OMS corroboró los primeros casos en el territorio francés de Saint Martin (en el Caribe oriental), cuando la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica para toda la región.
Además de los anteriores, son ya 18 los países donde se han detectado casos, entre ellos Guyana, Costa Rica, Venezuela, Panamá y Estados Unidos. En el continente americano se conocen ya 103.000 casos de Chikungunya, la mayoría de ellos en República Dominicana, Haití, Martinica y Guadalupe.
En los últimos diez años ha habido casos del virus chikungunya en partes de Francia e Italia, donde se reportó la primera transmisión en Europa continental en 2007. El virus está presente en zonas de África, el Sudeste Asiático y el sub continente indio, y los mayores brotes recientes fueron reportados en 2005-2006 en la Isla Reunión, Mauricio, Mayotte (Comores) y varios estados de la India.
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