Las lecciones aprendidas de situaciones similares nos demuestran que es necesario actuar de manera rápida y coordinada para salvar vidas. “Se trata de actuar ante la crisis alimentaria. Es más fácil prevenir la malnutrición que curar una hambruna”, así ha declarado Abdou Ramatou, miembro de la Red de organizaciones Campesinas y Productores Agrícolas de África Occidental. Baka Hassane, de la Red de Organizaciones de Agricultores y Pastores en el Sahel, ha sido muy claro: “no se puede evitar la sequía, pero sí la hambruna”.
En un encuentro entre ONG en la zona del Sahel, organizado por la CONGDE y en el que participaba Acción Verapaz, y periodistas se han demandado actuaciones rápidas, coordinadas y efectivas y que además contemplen medidas que hagan frente a las causas estructurales que generan este tipo de crisis humanitarias en la región. No podemos caer en los mismos errores que caímos en el Cuerno de África, donde sonaron las alarmas, pero no actuamos a tiempo.
Más de 15 millones de personas se enfrentan a una gravísima crisis alimentaria que puede empeorar en el mes de junio por la escasez de lluvias. Más de un millón de niños y niñas padecen desnutrición severa y los precios de los alimentos llegan a ser entre un 60 y un 80% más altos que en los últimos cinco años.
La ONU estima que se necesitan 724 millones de dólares para hacer frente a las necesidades actuales, una cantidad que podría aumentar a medida que avance la crisis. Aunque algunos países ya han destinados algunos fondos (entre ellos, la Unión Europea) aún se necesita más de la mitad de la ayuda solicitada.
Los factores que han provocado esta situación son, por una parte, coyunturales como la sequía, reducción de las cosechas en un 25%, el incremento de los precios y los conflictos regionales, como el de Mali, pero también estructurales como la pobreza endémica, y la alta vulnerabilidad de algunos colectivos -mujeres, pequeños agricultores, ganaderos…-de las zonas afectadas.
Ante la gravedad de la situación, España, en su función de liderazgo de los donantes de la política agrícola regional de la Comunidad Económica de los Estados del África del Oeste (CEDEAO), tiene una responsabilidad especial en apoyar a los Gobiernos de la región para responder a esta situación. Es necesario que se fortalezca el trabajo que se realiza con los países de la zona con el fin de garantizar la seguridad alimentaria de las poblaciones; además, la reducción del riesgo de desastres y la prevención de crisis alimentarias deben ser cuestiones centrales en las líneas de actuación que se establezcan para los próximos años en la región.
DATOS SOBRE ACTUACION DE LAS ONGD DE LA COORDINADORA DE ONGD EN EL SAHEL
ORGANIZACIONES Y PAÍSES
35 ONG de Desarrollo de la Coordinadora, entre ellas Acción Verapaz, están presentes en 10 países de la zona del Sahel Occidental: Burkina Faso, Malí, Mauritania, Chad, Níger, Senegal, Nigeria, Camerún, Guinea Bissau, Gambia.
POBLACIÓN A LA QUE LLEGAMOS
3 millones de personas.
ÁREAS DE TRABAJO
Suministro de servicios básicos como agua, saneamiento e higiene y provisión de alimentos.
Programas para asegurar la nutrición de las poblaciones.
Habitabilidad básica, soberanía alimentaria y medioambiente.
Educación y protección de menores.
Salud.
ALGUNOS DATOS
15 millones de personas estarían en riesgo de sufrir una grave crisis alimentaria en la región del Sahel situada entre África Occidental y Central.
Se esperan 2,6 millones de casos de desnutrición aguda, principalmente entre niños; más de 1 millón de menores de cinco años podría padecer desnutrición grave. Las tasas de malnutrición se sitúan entre el 10 -15 %, y en algunas zonas superan el umbral de emergencia del 15 por ciento.
Según la FAO, la producción agrícola en la región se ha reducido un 25% desde 2010. En Mauritania y Chad habría descendido hasta en un 50% si se compara con el año pasado.
En toda la región, los precios de los alimentos se han incrementado en una media de entre el 25 y el 50. En algunas zonas se llega incluso hasta un alarmante 90%.
En Nigeria y Mali, desde enero más de 200.000 personas han huido de sus hogares a causa de los conflictos en la zona, la mitad de ellos han buscado refugio en algunos países vecinos.
Se prevé que la crisis agravará en junio, afectando aún a más personas. Se estima que precisamente en esa época los precios de los alimentos podrían aumentar hasta un 30% más.
La ONU ha estimado que se necesitan 724 millones de dólares para hacer frente a las necesidades actuales, que pueden aumentar en las próximas semanas.