Y los rastrillos solidarios volvieron a abrir sus puertas en los pueblos de Las Villas un año más…El pasado domingo 9 de abril en Babilafuente y en Villoruela, y el pasado domingo 16 de abril en Villoria, y de nuevo en Villoruela, se celebraron los ya tradicionales Rastrillos solidarios como actividades del programa de la Campaña Solidaria de Primavera, que se desarrolla en la Delegación de Salamanca.
La participación ha sido altísima por parte de la población de los pueblos, con una enorme cantidad de manualidades y postres elaborados y donados por los vecinos de los propios pueblos, que desinteresadamente, una vez más, cedieron parte de su tiempo a lograr que esta actividad siga viva año tras año.
Precisamente esa colaboración quiso ser reflejada en el manifiesto de solidaridad que el Equipo de Monitores de Villoruela elaboró y leyó durante el rastrillo del día 16 de abril y que os dejamos aquí para que podáis leer:
MANIFIESTO POR LA SOLIDARIDAD
Si resumiésemos el sentido del día de hoy, ése podría ser compartir vida. Desde pequeños nos han inculcado la importancia de ser optimistas, de ayudar, de compartir, de comprometerse, de vivir. Pero para vivir hay que olvidarse de ese egoísmo y ese egocentrismo entorno a los que gira gran parte de nuestra acomodada vida, vida que nada tiene que ver con ésa que intentan sostener en otras muchas regiones del mundo. Para vivir hay que abrir el círculo vital a otras realidades. Nuestra participación hoy aquí, en cualquiera de sus vertientes, es sólo uno de los muchos pequeños símbolos que ayudarán a llevar dignidad a la vida que se va quedando sin aire por la presión de aquellos que más tienen pero no se conforman. Son muchos ya los años en los que nos hemos reunido en torno a un símbolo de vida, quizá el mayor símbolo de vida, la solidaridad. Sin embargo eso no debe ser un signo de hastío, más bien de entusiasmo por seguir compartiendo, por inculcar a las nuevas generaciones la importancia de vivir una vida en la que también caben los desconocidos y alejados.
Esta actividad, igual que muchas otras que se vienen realizando en nuestros pueblos desde hace tantos años que casi hemos perdido la cuenta, sería impensable sin la ayuda desinteresada de muchas personas, cuya colaboración ha sido, es y seguirá siendo indispensable para llevar una sonrisa de vida a quienes no tienen tierra donde empezar esa vida. Gracias a todos aquellos que han manchado sus encimeras de azúcar y harina, a los que no se deciden entre el chocolate o la nata al colaborar comprando dulces, a los que han utilizado horas de su tiempo libre para que aquí hubiese suficientes puestos para ofrecer a los asistentes, a los que han llenado una mesa de primavera, a los que se están llevando suficientes flores para su jardín.
Con la confianza que nos transmite ser parte de la organización que gestiona nuestra colaboración en los proyectos de solidaridad, podemos ir aportando pequeñas gotas de agua que llenen ese vaso tan necesario para calmar la sed de vida de un pueblo tan mal tratado, Haití. Para ellos va destinada este año nuestra ayuda, para esas familias deportadas por las autoridades dominicanas hacia una tierra en la que no tienen donde asentarse, mucho menos tienen qué comer, y en muchos casos no tienen ni papeles que los identifiquen.
Nuestra realidad del día a día es difícil y en algunos casos hasta casi insoportable, no dejemos que eso nos ciegue y nos impida ver otras realidades aún peores. Que lo injusto no nos sea indiferente, que lo lejano no nos sea indiferente, que la indiferencia no nos gane la batalla.
EQUIPO DE MONITORES DE VILLORUELA