José Luis Alcalde, ‘Joseito para los amigos’ -solías decir tú-, te nos has ido.
Socio de Acción Verapaz y miembro de la Comisión de DDHH de la Federación de Asociaciones de AV. Hombre de corazón muy bueno y de gran sensibilidad. Disfrutabas con todo. Lo agradecías todo. Te emocionabas con todo. Y nos lo expresabas. Nos lo hacía saber.
En Acción Verapaz te recordaremos mucho, pues echaremos en falta tu colaboración, siempre creativa, en las Jornadas de DD.HH. Tu discurso siempre original, tus presentaciones únicas, tu alma siempre preparada para representar el mejor papel, tú que amaste y valías tanto para el teatro. Nos has dejado, se ha acabado tu actuar entre nosotros, tu función aquí ha terminado, se ha bajado el telón para siempre, pero tú has salido ganando, te han llamado para actuar en el Escenario de la Vida para siempre. De la paz eterna, de la felicidad plena. Te echaremos en falta, y como a los grandes actores, al final de su obra, te damos nuestro mejor aplauso, sin término, porque te hacías querer. Eras el amigo de todos. Tu paso por la vida ha dejado unas huellas muy bonitas. Gracias, José Luis. Te queremos.
El jueves 14 se rindió homenaje a José Luis, en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva, que registró una gran afluencia de gente para despedirle y también para reencontrarse después de mucho tiempo en el que la parroquia ha vivido dolorosos acontecimientos. Nos acompañó en este homenaje Maritze Trigos, religiosa dominica con la que trabaja Acción Verapaz desde hace tiempo, y que está en Madrid acogida al Programa de Defensoras de DDHH. Maritze leyó – al final de la Celebración- una preciosa poesía que os compartimos:
CANTO A LA MUERTE CONVERTIDO EN VIDA
A la memoria de nuestro apreciado hermano Dominico, JOSÉ LUIS,
en su Pascua gloriosa y resucitada.
Poema que sale del corazón, de una espiritualidad del Resucitado, como vivió
JOSE LUIS, en el compromiso por la vida digna, en su alegría, expresada en su permanente sonrisa y espiritualidad dominicana.
A mis Hermanos Dominicos y Dominicas, amigas y amigos de José Luis, dando a la muerte,
El sentido de resurrección, con el testimonio de una vida de fe, plena y gozosa.
Yo espero a la muerte, como se espera al amado,
No sé cuándo vendrá, ni cómo vendrá,
Pero yo la espero, porque es el encuentro con Dios.
Ya no hay miedo en esta expectación,
Hay sólo esperanza y amor en ese ser amado,
Es la participación en el banquete pleno de la vida.
Yo espero a la muerte, como se espera al amado,
Porque la muerte es puerta que se abre,
Es camino nuevo hacia la felicidad sin límites;
Camino lleno de luz, de paz y de alegría,
Es el encuentro con el Dios vivo y resucitado,
Es la gloria eterna que todo lo trasciende.
Como el amor, nos lleva hacia otro mundo,
Es la Pascua eterna, el paso a vida nueva,
Abrazo con Dios que es padre y madre de misericordia,
Muerte convertida en vida, muerte convertida en victoria,
Canto a la muerte, canto al Jesús Resucitado.
Yo espero a la muerte, como se espera al amado,
Y un día llegará y me llamará a sus brazos amigos,
Los labios fríos tocarán mi frente y mi cuerpo inerte;
Bajo su caricia me adormeceré en un sueño feliz,
Y ese sueño será un resurgir, un nuevo amanecer,
Comunicación total con Dios, comunión con los humanos,
Yo espero a la muerte, como se espera al amado.
Maritze Trigos, op