El día 1 de marzo, el grupo Verapaz Vallecas organizó una Merienda solidaria, para obtener fondos para el proyecto asumido por la Delegación de Madrid, Centro de acogida Dorotea Carrión, en Loja (Ecuador), presentado por las Dominicas de la Enseñanza.
Las fotos del vehículo multiusos, comprado para el internado de niñas de Salau (Timor Leste), con los fondos de la campaña del año pasado, abrieron el acto, y con la explicación de las importantes funciones que cumplirá, quedó clara la importancia de lo conseguido.
Pero el plato fuerte de la sesión, además del bocata final, fue la presentación de las experiencias de tres mujeres colombianas defensoras de DD. HH. Estarán en Madrid tres meses (febrero, marzo y abril), dentro del Programa de Acogida temporal a defensores de DD.HH en situaciones de riesgo a amenaza, presentado por la Fundación Mundubat al Ayuntamiento de Madrid y financiado por éste.
Las tres candidatas para el Programa fueron tres activistas colombianas, elegidas tras una convocatoria de Mundubat a las ONGs: Maricel Sandoval Solarte, de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca, defensora de los derechos de las comunidades afrocolombianas de esa zona de Colombia, candidata de Alianza por la Solidaridad; Claudia Jimena Pai, indígena defensora de los derechos del pueblo Awá, candidata del MPDL; y Maritze Trigos, de AFAVIT (Asociación de Víctimas de Trujillo), presentada por Acción Verapaz, comprometida en la recuperación de la Memoria y la reparación de las víctimas de esa población colombiana.
La actividad tuvo lugar en la AA. VV. “Los Pinos de San Agustín” (Vallecas), con un salón lleno, la mayoría mujeres, alumnas de la Escuela de Personas Adultas que funciona en esta Asociación.
El lugar del acto y el público asistente creó sintonía total desde el principio entre las tres colombianas, las mujeres de la escuela y el público en general. La razón estuvo, sin duda, en que la experiencia vital de las defensoras colombianas tenía una similitud enorme, salvadas las diferencias del contexto, con la vivida por las mujeres del auditorio, por haber pasado por situaciones de marginación y exclusión y por un proceso de búsqueda de dignidad y de libertad parecido al de las mujeres colombianas, comprometidas con las minorías marginadas a las que representan y defienden con riego de su vida. El silencio y atención con que fue seguida la presentación fue la mejor prueba del impacto que produjo su experiencia. El presidente de la AA. VV, al entregarles el regalo del libro escrito por las mujeres de la Escuela “La palabra de las mujeres”, reconoció estar emocionado. Y lo estábamos todos.
Mundubat (Un Mundo), nombre de la ONG, que lleva el programa, refleja una realidad, la de un mundo totalmente interconectado e interdependiente, pero en el que la desigualdad sigue siendo un hecho: pobres y ricos, hombres y mujeres, privilegiados y excluidos…. Por eso, la lucha por un mundo no uniforme, peso sí de igualdad de derechos, sigue en pie-. Y la buena noticia es que en todas partes hay personas y grupos que creen y luchan por ello.