Los días 17 y 18 de septiembre fueron convocados dos días de huelga general en El Seybo (R. Dominicana), zona donde reside nuestro gran amigo y colaborador de Verapaz, el dominico Miguel Ángel Gullón, integrante del Movimiento Unidos por un Seybo Mejor, en demanda de obras, acumuladas como deuda social en esta provincia, la más vieja del Este. Justo en estos días está en esa zona María Moreno, voluntaria de Acción Verapaz, que ha ido para estar en El Seybo un año de experiencia. Y ha sido testigo, en primera línea, de toda esta lucha y protesta.
Entre las obras reclamadas en el paro se incluyen la terminación del hospital Doctor Teófilo Hernández, una extensión universitaria en la provincia, la reconstrucción y traslado de la cárcel pública, el asfaltado de caminos vecinales, la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales, un cementerio digno, la terminación de la Casa de la Cultura y la solución del problema de la propiedad de la tierra, entre otros.
Reclamaban que se hagan realidad las promesas hechas a El Seibo. “Y las palabras son importantes, pero sobre todo, ya queremos que lleven a nuestro Seibo todos los recursos necesarios, y que todas aquellas promesas que nos hecho desde siempre, se hagan realidad, porque toda nuestra población necesita la salud, necesita la educación, todo eso básico y necesario para vivir y que no se pase hambre”, señala Miguel Ángel.
Miguel Ángel Gullón dijo que la Organización de las Nacionales Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señaló que hay tres provincias que pasan hambre en el país y que una de ellas es El Seibo, y que no sólo hambre de paz sino de salud, de educación y de justicia.
Miguel Ángel dice que el paro de 48 horas, fue pacífico, y que aunque se incendiaron neumáticos (por grupos más radicales de los que apoyaron el paro), eso no se reprime con más represión, tiros y bombas sino que se llega a un consenso por el diálogo y que eso es lo quieren. No era para que fueran enfrentados a tiros y con bombas lacrimógenas, por los agentes policiales.
Expresó que bloquearon como por tres minutos la carretera El Seibo-Miches para llamar la atención y promover el paro, pero al iniciar conversaciones y un diálogo con las agentes policiales, en ese momento les lanzaron bombas lacrimógenas y disparos, por lo que dijeron que eso no podía seguir así y se retiraron.
Sostuvo que el Movimiento Unidos por un Seibo Mejor lo integran representantes de la iglesia, del comercio, del transporte y de los campos, que quieren lo mejor para esa demarcación.
Miguel Ángel dijo que tras el levantamiento del paro tuvieron un encuentro con los altos militares y policiales de la región este, pidiéndoles que por favor bajaran la guardia y les expresó que esperan que las autoridades del Este y del Gobierno, que les apoyan, realicen las obras que demandan en El Seibo.
Os compartimos una carta de un joven de El Seibo (Abiatal de la Rosa Mota), ante la represión policial, en su segundo día de reclamar mejoras sociales en El Seybo (R. Dominicana):
¿Quién es ese extranjero sentado en el suelo?
Ese que ven ahí es el padre Miguel Ángel Gullón Pérez. Él mismo pudiera estar en su oficina bajo aire acondicionado, pero prefirió estar bajo el incesante azote de las bombas lacrimógenas, luchando por El Seibo. Pudo haber estado dando el sermón en una iglesia cada domingo; y en vez de esto decidió venir a luchar por un pueblo que está a miles de kilómetros de su país natal. El padre pudiera estar en una iglesia escuchando tus pecados, pero mejor se quedó reclamando junto a un pueblo que tiene 517 años en el atraso.
El padre está luchando por un pueblo que quizás un siglo después, cuando ya él no esté con nosotros, entonces nos demos cuentas de lo que tuvimos.
- Pero te preguntarás: ¿Pero por quién lucha el padre?
- Pues por nosotros; sí, por ti, por mí, por un pueblo donde él no tiene a nadie; por un pueblo que los que hoy le llaman bandido al padre por reclamar, son los mismos que lo han saqueado. El padre está luchando para que tú y yo, y nuestros hijos, tengan; que tengan universidad, un hospital digno, para que tengamos el pueblo que nos merecemos.
Bienaventurado el pueblo que tenga el privilegio de tener en su seno un padre de esta magnitud.
¡Y que viva el padre Miguel Angel! ese mismo padre que se fue al Palacio Nacional a aguantar empujones y sol, reclamando por El Seibo, mientras tú y yo dormíamos, el mismo que se fue a La Culebra de Vicentillo a defender a nuestros campesinos cuando el estado pretendía dejarlo sin nada; ese que también se fue al callejón de Matensio a defender a los infelices que una madrugada, la abusiva Central Romana, tumbó sus casas con ellos adentro mientras dormían; ese que se le paró al frente a una guagua y le dijo: *Por aquí usted no pasa hasta que no deje a esos campesinos en libertad*.
P’alante padre, que a los que nos interesa un Seibo mejor estamos con usted.
¿Y tú y yo, que somos de El Seibo, qué hemos hecho?