Año 2020. XXV Aniversario de Acción Verapaz. 25 años de Cooperación al desarrollo. 25 años Apostando por el ser humano. Era una preciosa oportunidad para celebrar y felicitarnos por el camino hecho y para pararse a pensar y dibujar algo nuevo, que nos ayudara a seguir cumpliendo nuestro objetivo central: el apoyo a las personas y pueblos más empobrecidos.
Para tal celebración, todo estaba diseñado: una Comisión preparatoria, actos programados, materiales elaborados para el evento (carteles, imanes, bolsas…), un proyecto común a apoyar, invitaciones hechas, Festival montado. Todo de manera sencilla, midiendo siempre los recursos a invertir, pero... sí, todo a punto.
Hasta que un pequeño virus, lo trastocó todo. Un pequeño virus se extendió por todo el planeta, de Norte a Sur, de Este a Oeste y cambió radicalmente nuestra vida. Traspasó fronteras sin ningún tipo de control. Él no entendía de leyes, ni se ajustaba a ninguna norma. A él sólo le interesaba extenderse, multiplicarse, crecer, tener vida…
Pero a nosotros, nos trajo la muerte. Sí, la muerte de tantos y tantos seres humanos, de tantas vidas segadas, de tantas familias tocadas, de tantos mayores que se fueron sin un adiós de los suyos, de tantos empleos perdidos, de tanta economía truncada, de tantos sueños rotos…
¿Dónde quedaba nuestro Aniversario? ¿Nuestra Celebración?
Y empezamos a vivir un goteo constante de noticias de enfermos, hospitalizados, fallecidos, contagiados... cercanos, y no tan cercanos, que nos tocaban al corazón. Y cada día iban en aumento las cifras, no cesaban las malas noticias. Y a la vez que nos confinaron en casa, se nos iba quedando confinado el alma.
¿Dónde quedaba nuestro Aniversario? ¿Nuestra Celebración?
El miedo y el cansancio emocional iban ganando terreno. Pero algo había que hacer. El quedarse paralizado no era la solución. Desde Verapaz, por más que nos hubiera gustado, no podíamos estar en primera línea, salvando vidas y socorriendo a los miles de enfermos. No teníamos la preparación necesaria, ni estamos llamados a eso, pero sí hicimos lo que está a nuestro alcance, y fue, volar con nuestra mirada y nuestro corazón, hacia ellos, hacia miles de personas y pueblos empobrecidos, hacia los que están más lejos, pero a quienes sentimos muy cerca. Son parte de nuestra vida. No sólo de nuestro trabajo y de nuestros proyectos, sino de nuestros desvelos, de nuestras denuncias, de nuestras luchas, de nuestro vivir diario, ellos, que ocupan el lugar primordial de nuestra misión y que son para y por los que nació nuestro precioso proyecto de solidaridad.
¿Dónde quedaba nuestro Aniversario? ¿Nuestra Celebración?
Y una vez más, como tantas otras, se nos adelantaron y nos dieron lecciones. Fueron ellos los que se pusieron en contacto con nosotros, no para pedir, no para reclamar, sino para hacernos llegar su apoyo. Les llegaban noticias de España, cómo no, y nos demostraron que les preocupábamos, que se interesaban por nosotros, que nos tenían presentes, que se ponían en nuestro lugar. En sus palabras, en sus mensajes, quedaban en un segundo plano sus necesidades reales de mejores escuelas, mejores hospitales, mejores medios de vida… Nos escribían porque se hacían eco de nuestro sufrimiento. Y les preocupaba nuestro bienestar. Y ésta ha sido una de las lecciones de la pandemia: nuestra común fragilidad. Ellos nos dieron la oportunidad de mirarnos y reconocernos. Reconocernos frágiles, vulnerables, afectivos, inseguros, preocupados… ¡Nosotros que siempre íbamos de héroes!
¿Dónde quedaba nuestro Aniversario? ¿Nuestra Celebración?
Pasó el tiempo y el virus también les llegó a ellos, donde las condiciones sociales y sanitarias son aún más adversas. Viven en países con escasa capacidad de respuesta y sistemas sanitarios débiles o inexistentes. No cuentan con las condiciones mínimas para afrontar una crisis de este tipo.
No hay infraestructuras médicas, no hay reservas de alimentos, faltan pruebas diagnósticas, personal médico preparado, no hay bastantes camas disponibles, tampoco hay respiradores, no hay soluciones hidroalcohólicas, ni cloro, ni jabones. Además, existen serias dificultades con la disponibilidad de agua y alimentación en los hogares. Ésas son las condiciones a las que se enfrentaban nuestras organizaciones aliadas. ¿Y qué hicieron? ¡¡Contárnoslo!!
¿Dónde quedaba nuestro Aniversario? ¿Nuestra Celebración?
Y nos hicieron llegar sus gritos de auxilio. Sus demandas, sus necesidades.
No tenían agua, ni jabón, no podían seguir yendo a la escuela, no tenían medicinas, ni nada para comer. Se morían de hambre. Ése era su grito, permanente. Y no de una Organización, sino de una, y de otra, y de otra, y de otra... hasta de 39 diferentes.
Gritos y voces que llegaban desde África, Asia, Latinoamérica, de 12 países distintos (Pakistán, Haití, R. Dominicana, Guatemala, El Salvador, Perú, Bolivia, Colombia, R.D. Congo, Camerún, Níger, Mozambique). ¡Nos morimos de hambre, no tenemos para comer, nuestra gente se muere de hambre!
¿Dónde quedaba nuestro Aniversario? ¿Nuestra Celebración?
Nos pusimos manos a la obra, y mientras ya en España empezábamos a preocuparnos de cómo enfrentarnos al verano, de cómo poder ir a la playa y de cómo poder empezar a ir a las terrazas… nosotros recibíamos cada vez más sus llamadas y nos llenaban el correo con su: ‘Necesitamos ayuda’.
Y empezamos nuestra Campaña con la conciencia de que frente al virus de la Covid 19, no hay más defensa que el virus de la solidaridad. Y hubo mucha respuesta generosa de parte de todos los amigos de Verapaz. La cantidad total recaudada fue de 113.709 euros, enviados a 28 socios locales, de 12 países, que se emplearon según lo que vio más necesario en cada lugar el Socio local con el que colaboramos:
- Compra y distribución de alimentos entre la población más vulnerable. La población campesina y las comunidades indígenas se encuentran entre los grupos de población que mayores dificultades
- Distribución de kits de higiene y medidas de prevención y sensibilización para minimizar el contagio: A través de distribución deútiles de aseo de primera necesidad: agua, jabón, guantes, etc.
- Medicinas y equipos de protección sanitaria y personal, como mascarillas, termómetros, respiradores, etc.
- Distribución de kits de bienes no alimenticios como mantas, recipientes para el aseo personal, tarjetas telefónicas para que puedan comunicarse con sus familiares, etc.
- Ante el cierre de las escuelas en numerosos países: fomentando la educación online y por radio, y la distribución de material escolar y tablets.
- Formación sobre prácticas higiénicas básicas individuales y comunitarias que incluía medidas preventivas (lavado de manos), las principales vías de transmisión del virus y los protocolos de actuación en caso de presentar síntomas.
¿Dónde quedaba nuestro Aniversario? ¿Nuestra Celebración?
Pues quizás ésta ha sido nuestra mejor manera de celebrarlo, ayudando a paliarles su situación a aquellos que están en crisis sanitaria y socioeconómica permanente. Ahí hemos intentado estar. Quizás ha sido más real que nunca la celebración del Aniversario, pues nos ha puesto delante, con más fuerza que nunca, el por qué y el para qué de nuestra misión. Quizás el virus se ha encargado de replantearnos la celebración, advirtiéndonos: ¡Cuidado, que el objetivo último sean ellos, que los primeros sean ellos!, y que por lo que tenéis que brindar ...durante los 25 años y hoy mismo, y siempre… es por ellos.
Que vuestro mejor Festival sea que ellos puedan vivir un poco mejor;
que en vuestra mesa de fiesta ellos sean los primeros invitados, los mejores puestos para ellos;
que los detalles que os ofrezcáis sea que ellos tengan pan para comer y agua para lavarse;
que los slogans de vuestros carteles para los eventos sean que habéis ayudado a salvar vidas;
que vuestros mejores anuncios y mensajes de Fiesta hablen de que les han llegado vuestras mascarillas y medicinas para curarse.
Vuestros recursos les pertenecen, por pocos que sean, no los derrochéis, mientras ellos no tengan lo básico, lo necesario. Celebrad, sí, pero celebradlo con ellos.
Esta crisis ha sido una oportunidad única. Y aunque a nivel general nos preguntamos si la supimos aprovechar, y vemos que no hemos sabido (pues después de tantos meses, debería haber menos improvisación, menos fuego cruzado entre unos y otros, y más coordinación), … repito, aunque no hemos sabido aprovechar la oportunidad, me niego, nos negamos, a sucumbir.
Y, por eso, ahora, cada día, más que nunca, nos preguntamos: ¿Qué puedo hacer? ¿Qué podemos hacer?
Sabiendo que no todo se puede cargar sobre las responsabilidades individuales, pero quizás es el comienzo, porque lo que sí hemos constatado es que, gracias a ti y a ti, hemos podido estar un poquito cerca de ellos, y hemos cumplido el lema de nuestro XXV Aniversario: SU FUTURO, el de los empobrecidos, SE ESCRIBE CONTIGO.
Dulce Carrera de la Red
Secretaria Técnica de Acción Verapaz