Por Faustino Vilabrille Linares
2 mayo, 2021
«Las dos terceras partes de las vacunas han sido asignadas a los 50 países más poderosos y el 0,1% a los 50 países más pobres.»
«Casi la mitad de los más de 200 millones de vacunas ya administradas en el mundo, se aplicaron en los siete países más ricos, donde solo vive el 10% de la población del planeta.»
«La investigación realizada por People’s Vaccine, afirma que los países ricos están vacunando a sus ciudadanos y ciudadanas al ritmo de una persona por segundo durante el último mes, mientras que la mayoría de las naciones más pobres aún no ha administrado ni una sola dosis.»
Según el portal Our World in Data, en todo el continente Africano, donde Marruecos administró 12,83 dosis por cada 100 habitantes, todos los demás países no administraron ni una dosis por cada 100 habitantes.
Así va la vacunación al 9-10 de marzo de 2020:
Porcentaje de vacunación de personas que han recibido alguna dosis en:
- América del Norte: 18 %
- Europa no UE: 12,47 %
- Unión Europea: 7 %
- América del Sur: 2,4 %
- Asia: 0,83 %
- África: 0,33 %
La diferencia entre los países desarrollados del norte y los empobrecidos del sur, es evidente y muy dolorosa.
La situación epidemiológica del Covid-19 en África, a fecha de 8 de marzo de 2021, es la siguiente:
- Número total de habitantes de 53 países africanos: 1.217 millones de personas
- Número total de afectados por el coronavirus: 3.977.000 documentados.
- Fallecidos: 105.000 documentados.
(Fuente: Universidad Johns Hopkins)
Es seguro que estos datos son muy inferiores a la realidad, porque en los países africanos más pobres ni siquiera hay un control demográfico de la población, y muchos adultos no figuran inscritos en el Registro, y en consecuencia son apátridas.
El problema del Covid-19 en África no es tanto el número de contagios sino la enorme carencia de estructuras sanitarias.
La nueva cepa de COVID-19 asola a los países de África austral. Es altamente infecciosa y se está propagando rápidamente por varios países del sur de África como Mozambique (IDH 0,446), Suazilandia (IDH 0,588) y Malaui (IDH 0,485). Aquí, las vacunas aún no han llegado ni se cuenta con que lo hagan en los próximos meses. Ni tan siquiera para el personal sanitario de primera línea ni para los grupos de mayor riesgo El personal sanitario se enfrenta a grandes dificultades, pues a fecha de 8 de febrero aun no disponían de una sola vacuna, y con las instalaciones sanitarias al borde del colapso.
En Mozambique, el número de casos diarios es casi siete veces mayor que en el pico de la primera ola. El personal sanitario se está contagiando y enfermando, y los que todavía están trabajando están agotados.
Más de 1.300 trabajadores sanitarios de primera línea en Malaui han dado positivo por COVID-19 y nueve han muerto. En Malaui, los nuevos casos aumentaron exponencialmente durante enero, duplicándose cada cuatro o cinco días. Solo en enero de 2021 se han registrado casi tres veces más casos positivos que en todo 2020. El número total de muertes también se ha multiplicado por cuatro en un solo mes
En Suazilandia, un país de 1,1 millones de habitantes, a finales de enero se estaban reportando más de 200 nuevos casos cada día, y la media de muertes diaria es aproximadamente cuatro veces más alta que la registrada durante la primera ola; solo en enero se produjeron casi el doble de muertes que en todo 2020.
Mozambique y Malaui son países en extrema pobreza como se ve por su IDH.
El problema del Covid-19 en África no es tanto el número de contagios, salvo Suráfrica con 1.521.068, sino la norme carencia de estructuras sanitarias y de capacidad logística para preparar personal especializado en Covid-19 para informar a la gente, acoger a los enfermos y distribuir y conservar las vacunas que necesitan cadena de frío. De ahí que las muertes por el virus en África hayan aumentado un 40 % en los últimos 28 días (Fuente: OMS).
África, el continente más pobre del planeta, está el último en la fila mundial de vacunación. De sus 54 países, solo nueve han comenzado propiamente sus campañas de vacunación: Marruecos, Egipto, Mauricio, Argelia, Seychelles, Guinea, Zimbabue, Sudáfrica y Senegal con vacunas chinas. Pero el resto de África tiene que empezar por formar a muchos miles de profesionales.
Guinea-Conakri comenzó una fase piloto de vacunación, solo con 60 voluntarios de más de 50 años con la vacuna rusa Sputnik V, y en Guinea Ecuatorial una reciente donación de China permitió aplicar algunas dosis en los últimos días, pero, en general, la mayoría de las naciones africanas aún no han empezado sus campañas de inmunización, con el agravante de que la segunda ola se ha extendido más rápido que la primera y es mucho más letal, como le está pasando a Burkina Faso; 15 países informaron que la producción de oxígeno, crucial para los pacientes con covid-19 gravemente enfermos, sigue siendo insuficiente, mientras el mundo desarrollado acapara la producción internacional de vacunas.
Si nos vamos a América del Sur, el panorama también es angustiante, pues Brasil se asoma al abismo de un colapso nacional de las UCI por el coronavirus que contagia y mata como nunca, pues el miércoles, día 3 de marzo, murieron 1.910 personas, récord en un solo día. Cascavel, una ciudad del Estado de Paraná, es uno de los casos más dramáticos. Gran centro urbano de una zona de población dispersa, tiene las Unidades de Cuidados Intensivos al 99%, con pacientes intubados en pasillos de hospitales, ambulancias convertidas en camas… Hasta lanzaron un SOS al zoológico local, que les prestó nueve bombas de infusión y un respirador de los que usan para tratar animales.
En Brasil la tasa de transmisión es alta hace tiempo y el virus circula sin control, de modo que facilita mutaciones como la variante brasileña P1 y aumenta el riesgo de nuevas cepas. Son muchísimas las familias en las que varias generaciones conviven hacinadas en un minúsculo espacio.
América Latina y el Caribe no tienen la cantidad de vacunas contra la covid-19 que nedesitasn. Hasta el día 6 de marzo, la región había recibido 37 millones de dosis, que deberá repartir entre 630 millones de personas. La cifra alcanza para administrar menos de seis dosis por cada 100 habitantes: manteniendo un criterio de dos por persona, hoy la región puede inmunizar al 2,8% de su población. En Estados Unidos, mientras tanto, casi uno de cada cuatro ciudadanos ya ha recibido la vacuna. Las desigualdades en el reparto global dibujan el mapa de las grandes diferencias entre países ricos y pobres, como lo denunció en enero la OMS. «Las dos terceras partes de las vacunas han sido asignadas a los 50 países más poderosos y el 0,1% a los 50 países más pobres».
Mientras la mayoría de países de América Latina ya comenzaron a vacunar contra el coronavirus, hay otras naciones que ni siquiera cuentan con dosis en su territorio, con el agravante de que el proyecto COVAX, promovido por la OMS, solo financia la vacunación del 20% de la población, el resto de las vacunas hay que comprarlas (El País, 08/03/2021).
«Ahora, los países ricos están vacunando, mientras que los pobres miran y esperan. Y, cada día, se agranda la brecha entre los que tienen y los que no tienen.»
Hasta aquí la información que circula por los diferentes medios de comunicación, pero que está sujeta a variaciones continuas. Puestos en contacto directo con diferentes personas de África y América del Sur, los días 7 y 8 de marzo actual, esto es, en resumen, lo que nos cuentan:
Desde África
«En zonas rurales la incidencia es baja, pero aquí nadie habló de vacunas, solo los medios de comunicación. Aquí hay 6.338 casos confirmados, 874 en tratamiento y 81 muertos. El resto ya está curado. La gente sabe que debe portar mascarilla o lavarse las manos… No se dice nada en los informativos que hayan llegado ya vacunas. En la página oficial del ministerio de salud tampoco dicen nada.»
«Desde diciembre, el número de enfermos ha aumentado mucho y muchas muertes. Nos quedamos en casa para protegernos, pero aumenta el hambre y todo tipo de enfermedades en las familias. La gente no tiene medios para curarse. Se habla de que llegarán vacunas, pero como el país es pobre, no podrá vacunar gratis. La radio y TV dicen que llegarán vacunas de los países ricos. Dicen que se vacunará el personal sanitario y los gobiernos, pero que el pequeño pueblo tiene que esperar.»
«Aumentan los enfermos de coronavirus. La autoridad sanitaria habla de vacunas, y han comenzado con las personas que trabajan en la salud y la educación. Los pobres todavía tienen que esperar, y casi no tienen conocimiento de las vacunas y aun no les ha llegado ninguna.»
Desde América del Sur
«Estamos pasando el peor momento, las muertes diarias superan las 1.500. Las vacunas están llegando muy despacio. Los hospitales están saturados, y las filas de espera en las UCI son enormes. Por los estados del sur empieza a faltar el oxígeno.»
«Ha habido muertes por coronavirus. En mi sector las autoridades no se pronuncian sobre el tema. Es un área abandonada, donde no contamos con un servicio de salud bien activo, y aun no llegan las vacunas, solo sabemos que existen, con la incertidumbre de no saber si funcionan y si tendrán efectos secundarios irreversibles.»
La conclusión es que: Pobres de los pobres.