Gustavo Duch. Pensando en el 14N.
De hoy en adelante -manifestamos- no trabajaremos nunca más para financiar Estados déspotas que nos roban la vivienda o el sustento, ni para estados depresivos que nos roban la felicidad. El trabajo esclavo ha llegado a su fin.
Interrumpimos inmediatamente y para siempre el consumo consumista que nos consume la sonrisa y devora mares, tierras, aires y aguas. Las gentes no son el Mercado -afirmamos- el mercado es sólo un lugar de encuentro.
Se proclaman inactivas a perpetuidad las jornadas machistas que insultan al amor, al cuidado, al abrazo.
Terminantemente lo decimos, ¡nos plantamos! Nos plantamos, cual semillas rebeldes en la Tierra, ante los abusos prepotentes que sobre ella cometemos.
Declaramos en huelga general y permanente al hambre y al dolor; al mal amor y al mal humor.
Mantendremos en paro indefinido a las guerras. A sus hacedores les suspenderemos de todos sus cargos, por los siglos de los siglos, así sea.
Y, huelga decir, que declaramos indefinidamente interrumpida la búsqueda y acumulación de la riqueza materialista responsable de todas las pobrezas.
Entre camaradas, con almas cómplices, juramos ocupar todos los segundos, minutos y horas que hoy desocupamos, en la construcción colectiva de un estado de felicidad permanente.
DECLARAMOS EL ESTADO DE HUELGA GENERAL PERMANENTE.