LA VOZ DE LOS SIN VOZ
Romero, llamado la “voz de los sin voz”, que denunció las violaciones de derechos humanos y se pronunció contra la represión que sacudía a su país, fue asesinado el 24 de marzo de 1980, por un francotirador de los escuadrones de la muerte.
Coincidiendo con el 35 aniversario de su asesinato-martirio, el 23 de mayo será beatificado en El Salvador. Por eso, queremos recordar su figura y su capacidad de escuchar a su pueblo, que en aquél entonces era víctima de una violencia criminal desatada desde las instituciones del Estado. En previsión de que por causa de su valiente denuncia de todas las tropelías y crímenes contra el pueblo, había anunciado proféticamente: “Si me matan, resucitaré en el pueblo”.
Y así fue realmente, como confirma no sólo este acontecimiento gozoso de la beatificación, sino también y sobre todo el hecho de que a raíz de su muerte se multiplicaron por todo el mundo los “Comités de Solidaridad” que llevan su nombre, para perpetuar la denuncia de la violación de los derechos humanos, dondequiera que se produzca y continuar la tarea que él inició.
En este sentido, queremos reivindicar a Monseñor Romero, no sólo como un hombre de Dios y de Iglesia, sino también como un referente para todos aquellos que seguimos creyendo en la libertad y dignidad de las personas y de los pueblos. Un referente para seguir poniendo la vida al servicio de esta causa, como él hizo, a pesar de tener la conciencia de que por este servicio ponía en riesgo su propia vida.