La muerte de unas 1.000 personas esta semana al naufragar la embarcación con la que cruzaban el Mediterráneo hizo que numerosas personas compararan la escasa cobertura de esta tragedia con el accidente del avión de Germanwings.
El desigual interés informativo entre un caso y otro es indiscutible. Sólo hay que ver los cambios de programación para emitir especiales, los enviados urgentes en la zona del desastre, las portadas y el seguimiento continuado durante días después del accidente de avión y el poco interés -con excepciones- de los medios hoy.
Naturalmente ningún desastre es igual y las comparaciones siempre son complicadas, pero ¿hay motivos para alarmarse que esta desigualdad informativa? Hemos intentado aproximarnos a la cuestión empleando algunos datos que intenten objetivar mínimamente una cuestión que, sin embargo, siempre será muy subjetiva.
1. Número de muertes: En el accidente del vuelo de Germanwings murieron 150 personas. En el hundimiento de las pateras de esta semana 1.000. El número de personas que mueren de golpe en cualquier tipo de incidente siempre es un factor a tener en cuenta a la hora de medir el impacto, lo que apuntaría a que el desinterés mediático es, en realidad, muy poco periodístico.
2. Proximidad: La presencia de una cincuentena de catalanes en el vuelo Barcelona-Düsseldorf activa el criterio de proximidad, que hay que tener siempre en cuenta en periodismo. No es lo mismo una noticia cercana que una lejana. De todos modos, otros accidentes aéreos sin vinculación directa con el país -como los recientes en Malasia o Ucrania- también tuvieron en su momento más cobertura que el naufragio de ayer.
Además, ¿alguien se ha preguntado si ninguna de las víctimas tenía familia en los Países Catalanes? Muchos emigrantes siguen vías abiertas anteriormente por vecinos o familiares, así que la cuestión no es nada absurda. Sin ni siquiera datos personales de los muertos, es una cuestión dificilísima de rastrear, seguramente imposible, pero desde alguna redacción se ha planteado hacer el esfuerzo? ¿Por qué se da por supuesto que estas muertes nos quedan tan lejos?
3. Empatía con las víctimas: La proximidad e identificabilidad de las víctimas facilita una empatía más rápida y directa con éstas. Y en este punto el periodismo no es ajeno a un sentimiento humano natural. Pero aún así, el enfoque de los titulares en uno y otro son demasiado diferentes. Las portadas del día siguiente de la tragedia aérea reflejaban claramente la toma de posición de los diarios con palabras como "Desolación", "Catástrofe", "Vuelo sin retorno" o "destrozados". La composición gráfica de las portadas era especial, destacando el color negro del luto y con imaginativos -o no- recursos gráficos para trasladar el dolor que los periódicos querían dejar claro que compartían.
La parte gráfica no puede compararse porque ninguna portada ha incluido fotos de los hechos del naufragio.
4. Gravedad del problema: La información de contexto tampoco ayuda a hacerse una idea de la magnitud de cada problema -accidentes aéreos y naufragios de migrantes. Así, mientras por un lado los medios generaban la sensación de que hay un repunte de la inseguridad de los vuelos, los datos confirman que estos accidentes no paran de disminuir. En cambio, entre enero y abril de 2015 se ha contabilizado la muerte de 486 personas tratando de llegar a Europa por vía marítima, diez veces más que durante el mismo período del año anterior. Y eso sin contar la catástrofe de ayer. Una situación que los medios -en reducir la cobertura y limitar los casos emblemáticos a unos pocos- ayudan a percibir como menos grave de lo que las cifras indican.
5. Medidas para resolverlo: Muy vinculado con el punto anterior, son los esfuerzos para tratar de evitar que los hechos se puedan repetir. En el caso del accidente aéreo, no sólo periodistas, sino también autoridades, empresas y expertos movilizarse para entender los motivos del accidente y estudiar las medidas para evitar que se pueda repetir. El hecho de que el accidente fue posible debido a una medida tomada previamente para evitar atentados -el bloqueo de la cabina- dotó todo este debate con cierta dosis de ironía. Ahora sobre la mesa han quedado los controles médicos para trabajar de piloto y los recortes empresariales en personal.
Pero, ¿quién ha preguntado cuáles son las medidas para evitar que el Mediterráneo continúe convirtiéndose en una gran fosa común?