Acción Verapaz tiene como preocupación fundamental luchar contra el hambre, la pobreza, el analfabetismo y todas las formas de exclusión y de marginación, que desgraciadamente todavía abundan en nuestro mundo. Para ello lleva a cabo actividades encaminadas a la búsqueda de fondos para la ejecución de proyectos de desarrollo, que ayuden a luchar en esta dirección. Sin descuidar esta exigencia de la acción, sino como complemento necesario de la misma, creemos muy importante también reflexionar sobre las causas y efectos que producen esas situaciones y sobre las posibles salidas o alternativas.
Dentro de este marco de reflexión hemos fomentado la formación de los socios y los voluntarios a través de encuentros, charlas, cursos, campañas de sensibilización, presentación de experiencias, publicaciones, etc. Por eso, venimos fomentado desde hace años la redacción de textos para la reflexión, para ofrecerlos a nuestros socios y voluntarios. En la reunión de la Junta Directiva, al comienzo de cada curso se deciden los temas y las personas de Acción Verapaz que se encargarán de su elaboración.
Uno de los temas elegidos para este curso es el que ahora ofrecemos en la página, y será publicado en el Boletín nº 53, con el título ‘¿Por qué defender la democracia?’. El tema venía sugerido por el hecho de que las corrupciones y las corruptelas, a tenor de lo que a diario se difunde a través de los medios de comunicación, salpican a la clase política y al ejercicio de esta necesaria y noble actividad, hasta el punto de preguntarnos si no la estará llevando a un cierto descrédito. El descrédito, que puede comenzar afectando a la clase política y a las instituciones democráticas, también podría terminar afectado a la propia democracia. Y esto, a nosotros, no deja de preocuparnos.
Por eso, desde nuestra convicción de que la democracia es, hoy por hoy, el modelo adecuado a estas alturas de nuestra historia de organizar racionalmente la convivencia entre los ciudadanos y los pueblos, queríamos pronunciarnos a favor de este sistema político y reflexionar sobre el modo de ahondar en lo que puede y debe ser este sistema y la manera de mejorar su funcionamiento, dando por cierto que la democracia, ni se reduce ni se termina, en el voto al que los ciudadanos somos convocados cada cierto tiempo. Esto sería quedarse sólo en una democracia formal, pero es necesario avanzar hacia una democracia real, que requerirá la participación ciudadana en el control de los gobiernos y de sus decisiones, a la vez que su compromiso a favor del bien general. Todos vamos en el mismo barco y, por eso, es importante remar todos de común acuerdo y en la misma dirección, si queremos llegar a puerto sanos y salvos.
Más información:
¿Por qué defender la democracia?
Marea multicolor en defensa de la democracia