En enero fallecía Don Miguel Iriarte, vocal de la Junta Directiva de Acción Verapaz Navarra. Vaya para él nuestro afecto, reconocimiento y agradecimiento por su tiempo, ilusión, ganas y vida en este camino de solidaridad. Os compartimos el texto que su hija Laura leyó el día de su funeral.
"Buenas tardes. Bienvenidos todos.
Vamos a celebrar la Eucaristía en el día de la despedida de mi padre Miguel.
¿Cómo no recordar su vida en esta hora tan solemne de su muerte?
Y quiero recordar CON MEMORIA AGRADECIDA.
Nació en Orbaiceta. En una familia cristiana. Fue hijo único. Amó profundamente su tierra. La montaña, sus caminos, sus riachuelos y para él, La Selva de Irati era lo más bello.
La conocía. Desde niño supo de sus encantos. Era una delicia adentrarse en La Selva en compañía de Miguel. Te hacía disfrutar. Mira, decía, ahora llegamos al Paraíso. Y el asombro crecía al contemplar la altura, la belleza de tantas hayas distribuidas con armonía verdaderamente de Paraíso.
Con él, hacer el recorrido de la Vuelta al pantano era sólo, sólo, disfrutar.
En su juventud salió del pueblo a trabajar.
Nunca, nunca olvidaría su tierra. Siempre volvía a ella. Y de su tierra tenía un lugar preferido: Roncesvalles.
En la juventud conoció en Pamplona a Serafina, del pueblo de Orcoyen, que sería su esposa, hasta este día: 44 años. ¡Cuánto amor, cuánta dedicación!
A Miguel le encantaba vivir y trabajar por su familia: su esposa, sus dos hijas. Nos quiso tanto. Trabajó mucho. Siempre responsable y honrado. El quería las cosas bien hechas.
Disfrutaba en las reuniones y fiestas familiares, de la buena comida, la conversación y las partidas de mus. Disfrutaba de la pelota. ¡Cuántos partidos habrá jugado mi padre en el frontón de Orbaiceta y en Anaitasuna. Y cuántos buenos amigos ha hecho con este deporte.
Disfrutaba y nos hacía disfrutar en las fiestas de San Fermín con verdadero gusto y pasión.
Disfrutaba ayudando en todo lo que él podía. Colaboró con gusto en el Colegio de dominicas al que pertenecimos desde el parvulario hasta COU.
No entendía la vida sin asumir responsabilidades.
Colaboró hasta el momento de la enfermedad en la ONG Acción Verapaz Navarra de la orden dominicana.
Con el tiempo llegaron los nietos: Aimar, Maider, Edurne, Iván. ¡Qué feliz ha sido mi padre con sus nietos! ¡Qué buenos ratos hemos pasado!
Llegó la enfermedad. El dolor se adentra en el corazón y se rehacen las fuerzas para luchar por la vida. Mi padre ha luchado, mi madre junto a él. Días de sombras, días de luz. Siempre en la esperanza de curarse, de vivir. Mi padre quería vivir.
En medio de las luchas, la visita a la Virgen de Roncesvalles en el mes de Julio. Hay que fortalecer la esperanza.
Ha llegado el momento supremo: la muerte.
El dolor se hace intenso. La separación lo acrecienta. Pero no, la muerte no alcanza a destruir lo que ha sido mi padre. El creyó, él ha entrado en el misterio del amor de Dios que hoy le llama por su nombre y le da el abrazo de eternidad.
Papá, siempre estarás con nosotros.
Con todos los que nos acompañáis vamos a comenzar a celebrar la fiesta del Banquete de Jesús, su muerte y Resurrección".