Dos voluntarias de Acción Verapaz, María y Adriana, se desplazaron este verano a un internado de niñas en India. María ya había estado un año y conocía a las hermanas dominicas que trabajan allí, así que tuvieron la bonita iniciativa de montar un pequeño proyecto de recogida de fondos para ellas. Ésta es la crónica de su experiencia.
CROWDFUNDING para INDIA
Educación por un futuro mejor
“Quiero volver a India a visitar a la comunidad de Dominicas que me acogió un verano, mi prima me acompaña, también quiere conocer esa realidad, pero no podemos ir con las manos vacías, ¿cómo podríamos ayudarles si sólo vamos una semana?”
Con este pensamiento y tras hablar con las hermanas indias sobre sus necesidades, comenzó nuestro proyecto crowdfunding. En un principio, el dinero recaudado (1.400 €) se destinaría a contratar a una profesora de inglés en el internado de niñas. Sin embargo la realidad nos cambió los planes y consideramos que reaccionar a tiempo era lo que todos los donantes esperaban de nosotras.
Al visitar las pequeñas aldeas cerca de Balasinor, en las que también trabajaban las hermanas, nos dimos cuenta de que ese era el lugar que más ayuda necesitaba. Allí nos encontramos una cara muy dura de la India, pues aunque nos recibieran con sonrisas y canciones, lo que teníamos ante nuestros ojos era pobreza extrema: cabañas sin luz, sin agua corriente, harapos y hambre… Gracias a las hermanas, estos niños toman una comida decente al día y tienen una profesora que da las clases bajo un toldo raído. En esa visita, Sister Manju y Sister Mary nos comentaron que querían poner un pequeño techado para esas clases e instalar un grifo para que los niños adquirieran hábitos de higiene. Fue tal nuestro impacto ante aquella realidad que no dudamos en proponer que el dinero recaudado se invirtiera en esto en vez de en lo que había sido nuestra primera idea.
Sin duda creemos que pequeños proyectos como éste, hechos gracias a la generosidad de grandes corazones, ayudan a mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos. Sin embargo, no es sólo eso, sino que además aportan mucha esperanza y fuerza, tanto a las hermanas que día tras día se dejan la piel, como a los niños y sus familias. Por ejemplo, en varias ocasiones transmitimos a las niñas del internado la importancia del estudio, y las religiosas nos decían que seguro que nuestra visita marcaría un pequeño cambio en la vida de algún niño. Sólo por eso mereció la pena nuestro viaje y nos gustaría dar las GRACIAS a todos los que confiaron en nosotras y en nuestro proyecto.
María Hernando