¿Qué es lo que te lleva a realizar un voluntariado? ¿Por qué no emplear mis vacaciones, en un viaje placentero, con todas las comodidades, a un destino paradisiaco, donde ves una cara lavada del país que visitas, hacer mil fotos, todas muy bonitas para enseñar a tus amigos y darles mucha envidia? Total, sólo se vive una vez y bastante preocupación tengo yo para oír y ver más desgracias.
No sabría qué responder, es una inquietud interior que llevaba mucho tiempo con ganas de darle salida, pero no me atrevía. Gracias al Curso de Voluntariado Internacional que realicé con Acción Verapaz, pude vivir la experiencia de conocer el corazón de un pequeño país, que ha sufrido muchísimo y aun así no pierde su alegría.
Después de un largo viaje, llegué al aeropuerto de San Salvador el día 14 de julio de 2018, donde ya estaban esperando los padres Pablo y César con una gran sonrisa. Todavía nos quedaba una hora y media de camino para nuestro destino final, la parroquia “San Martín de Porres”, en un pueblo llamado Santiago de María, donde durante 3 semanas sería mi hogar.
La parroquia de San Martín de Porres cuenta con un área de atención de 14 comunidades; cada una de ellas cuenta con un delegado que organiza las diferentes actividades, litúrgicas, formativas y sociales. Durante mi estancia allí pude participar en algunas de ellas. Os voy a contar un poco qué es lo que hice allí.
Visité la escuela católica Obispo Castro Ramírez, que cuenta con una población estudiantil de 480 alumnos; pude ver más de cerca sus necesidades y los medios con los que trabajan. También compartí con los profesores mi experiencia en un proyecto de escuelas limpias, con la instalación de puntos limpios. Colaboré en el asilo San Francisco de Asís acompañada de Angelita, una enfermera jubilada, llena de vitalidad, que dedica parte de su tiempo a realizar actividades de psicomotricidad con los ancianos y a darles algo de compañía.
El padre Pablo y Alex, líder juvenil y promotor de prevención de violencia en el municipio, me enseñaron el trabajo que están haciendo con el microorganismo, el cultivo orgánico y también la cría de pollitos con mayor control sanitario. Visité la comunidad de La Francia, una comunidad en la que hubo mucha delincuencia juvenil y que hoy en día ya dispone de un huerto ecológico comunitario, se ha acondicionado la casa comunal y se está movilizando a los jóvenes para que trabajen por su comunidad, creando una zona recreativa, y de esta forma lograr alejarlos de la delincuencia.
Otra de las comunidades que visité fue Batres, donde se habló del cultivo orgánico, la introducción de las plantas aromáticas y el metro cuadrado de cultivo familiar. Este año han sufrido una gran sequía y existe un gran problema de suministro de agua; esto afecta a muchas familias que se alimentan de sus pequeños huertos.
También pude acompañar a Joselito, director agropecuario de Cáritas, a los proyectos que tienen sobre el desarrollo rural y la importancia del empoderamiento y del trabajo cooperativo que se están llevando a cabo en las comunidades de San Francisco Javier, Nuevo Edén, San Gerardo, Las Lomitas. Fue muy interesante conocer su problemática, escucharles y poder compartir mi experiencia.
Una vez de vuelta a España, me planteo ¿qué son tres semanas en tu vida rutinaria? Pasa el tiempo y no te das cuenta, todo va demasiado rápido. En estas tres semanas en El Salvador me he sentido más viva, he podido conocer a mucha gente, tener tiempo para hablar, convivir y simplemente estar, cosas sencillas que en nuestro mundo civilizado y desarrollado se están perdiendo…tenemos tanta prisa en hacer mil cosas que ya no dedicamos tiempo en hablar cara a cara, escuchar y simplemente estar.
Sólo puedo dar las GRACIAS por haber podido vivir esta experiencia y me traigo el cariño que he sentido de gente que ha sufrido mucho y que sigue luchando por salir adelante.
Marilin Fernández
