Existía un Centro de Salud que daba cobertura a unas 25.000 personas que quedó destruido por el terremoto de 2010. Con mucho esfuerzo lograron reconstruirlo a falta de poder contar con acceso al agua, tanto para los pacientes como para el funcionamiento del laboratorio y otros servicios, lo cual imposibilitaba su uso.
Al no aconsejarse la búsqueda de agua subterránea por peligro de contaminación se ha construido un aljibe que recoja el agua de lluvia y la lleve a dos tanques elevados, mediante conductos hidráulicos, para almacenar agua suficiente en época de lluvias.
La reserva de agua se considera suficiente incluso para poder aportar a la población en tiempo de gran sequía.