Cinco molinos de grano, para producción de harinas alimentarias, han solucionado la vida de más de 500 mujeres de cinco pueblos de Lavial, en Haití.
Con la mecanización para la obtención de la harina estas mujeres pueden destinar una cuarta parte a mejorar la alimentación de la familia y las otras tres cuartas partes al comercio. Con los ingresos generados están pagando el colegio de sus hijos. Algunos niños que habían abandonado los estudios por falta de medios han podido volver.
Las mujeres sienten que forman parte importante de la sociedad y se ven equiparadas a sus maridos, perdiendo su habitual pasividad frente a las dificultades de los hogares que las superan.
Cada familia paga una cuota por moler, que gestionan los responsables del proyecto, y se usa para el mantenimiento y combustible para el motor. El responsable de cada molino ha sido elegido por las propias mujeres, buscando alguien de su confianza, capaz de conservar los molinos seguros y garantizar la gestión de los ingresos.