Los habitantes de Carice se enfrentan actualmente a una situación caótica tanto desde el punto de vista social como económico. Ésta puede resumirse diciendo que hay un aumento progresivo de la pobreza hasta unas condiciones de vida por debajo de lo que exige la condición humana. Existe un problema crucial que pide solución: la población carece de oportunidad de acceder a una actividad económica, lo que hace que el porvenir, sobre todo el de los jóvenes, sea más bien oscuro.
El seísmo del 12 de enero de 2010 ha ensombrecido aún más el panorama. Éste devastó la capital y algunas ciudades de la provincia, pero afectó de muchas maneras a todo el país. Uno de estos efectos es el retorno a sus lugares de origen de las familias que emigraron a la capital. En Carice las familias que regresaron, sobre todos aquéllas que llevaban fuera entre 20 y 30 años, carecen absolutamente de recursos para sobrevivir, lo que incrementa la pobreza de la región.
Para paliar algo esta situación, los PFST tomaron la iniciativa de construir un centro profesional que ofreciera a los jóvenes una formación en diferentes oficios: herrero, floristería, costura, bordado, gancho, punto, ebanistería, sastre, albañil, etc. Con esta formación las promociones que han ido saliendo han podido manejarse mejor en la vida.
Uno de los problemas había era la ausencia de máquinas de coser para los cursos de costura, así que desde Vitoria se ha contribuido a que estos cursos puedan darse enviando los 4750 € necesarios para la compra de 10 máquinas de coser.
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