A principios de octubre de 2021, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (en inglés el ICIJ) sacudió al mundo con su investigación sobre el fraude financiero que involucra a figuras de alto perfil, llamada los Papeles de Pandora. A lo largo de la investigación, los periodistas del Consorcio y de The Washington Post reunieron información crucial sobre las violaciones de los derechos humanos cometidas en torno a la producción de azúcar en la República Dominicana. Este es un tema por el que Dominicans for Justice and Peace ha hecho incidencia durante muchos años.
El 26 de enero es una fiesta nacional de la República Dominicana, está dedicada a Juan Pablo Duarte, uno de los fundadores de la República. Debería ser un día de celebraciones pero no fue así en 2016. A las 3 de la madrugada, en la región de El Seibo, 60 familias fueron desalojadas de sus casas. Alrededor de 300 personas, incluidos niños, fueron sacados a la fuerza de su casa, sus hogares fueron destruidos y se quedaron sin nada.
No hubo avisos oficiales previos, no se presentó ninguna orden judicial, ni se ofrecieron opciones de alojamiento alternativas. Simplemente fueron echados a la calle por guardias de seguridad privados. La empresa responsable fue Central Romana. Se trata de una empresa productora de azúcar con un ingreso anual de unos 1.200 millones de dólares US y vinculada a la política tanto en la República Dominicana como en Estados Unidos.
El padre Miguel Ángel Gullón Pérez OP, basado en El Seibo, se puso en contacto con Dominicans for Justice and Peace, para hacer una demanda a la Comunidad Internacional en nombre de los perjudicados. Los desalojos ilegales son, lamentablemente, sólo una de las muchas violaciones de los derechos humanos que rodean la producción de azúcar y Central Romana.
En marzo de 2016, presentamos un llamamiento urgente a la Relatora Especial de la ONU sobre el derecho a una vivienda adecuada sobre la base de que los desalojos no sólo eran ilegales según la legislación de la República Dominicana sino que también violaban los tratados internacionales de derechos humanos. Además, las preocupaciones se comunicaron a la Misión Permanente de la República Dominicana en Ginebra y también a Central Romana.
A finales de 2017, recibimos respuestas negativas de los abogados de Central Romana. Los funcionarios del Gobierno en Santo Domingo nos aconsejaron adoptar una postura menos pública para garantizar una solución amistosa, y la denuncia de las víctimas fue rechazada por el Ministerio Público. Claramente, era necesario un enfoque práctico más activo.
En 2018, representantes de nuestra Delegación en Ginebra visitaron la República Dominicana por primera vez. Nos reunimos con las víctimas desalojadas, organizamos un taller sobre la incidencia en materia de derechos humanos con la Familia Dominicana y socios de la sociedad civil, y nos reunimos con abogados locales. Después, presentamos un informe en el Examen Periódico Universal de las Naciones Unidas, en el que denunciamos los desalojos y otras violaciones de los derechos humanos en relación con la producción de azúcar.
Pero se necesitaba más. En 2018, Claribel, una víctima y representante de las familias desalojadas y el Padre Damián Calvo OP, fueron llevados a Ginebra para hablar y dar testimonio sobre los agravios sociales durante un evento paralelo en el Consejo de Derechos Humanos. Logramos sensibilizar sobre el tema, pero aún no había justicia para los desalojados. En 2019 se realizó una segunda visita a la República Dominicana y un taller de seguimiento.
En enero de 2020 se presentó una denuncia por parte de las familias en los Estados Unidos contra Central Romana y Fanjul Corp., la empresa matriz en los Estados Unidos. El caso está siendo revisado por el Tribunal de Apelaciones del 11º Circuito, tras ser rechazado antes por el Tribunal del Distrito Sur de Florida.
Después de todos estos años, ¿qué se ha conseguido realmente? ¿Valió la pena?
Las repercusiones directas de la incidencia a nivel internacional son siempre las más difíciles de demostrar. Para que los resultados directos sean medibles o se vean, pueden pasar años. Los procesos en las organizaciones internacionales son a veces dolorosamente lentos, pero la participación en esos niveles nunca es inútil. A través de nuestras acciones directas en la República Dominicana y de la visibilidad que sólo se consigue con la incidencia en las Naciones Unidas, pudimos ayudar a las víctimas del desalojo.
He aquí algunos de los logros que fueron posibles gracias a nuestro compromiso en este asunto: Bonsucro, un grupo de gobernanza multilateral para promover la sostenibilidad de la caña de azúcar, rechazó la solicitud de certificación de Central Romana. Hace unas semanas, los periodistas Sandy Tolan y Euclides Cordero publicaron una investigación en los Estados Unidos sobre las condiciones laborales inhumanas en la producción de azúcar en la República Dominicana. Es un tema que hemos abordado directamente en el país, así como en las Naciones Unidas. También proporcionamos a los periodistas información de fondo sobre esta triste realidad. The Washington Post, en su reportaje sobre los Papeles de Pandora, destacó las violaciones de los derechos humanos cometidas por el Central Romana. Estas investigaciones han llamado la atención del Congreso de los Estados Unidos y, el 26 de octubre de 2021, 15 miembros pidieron que se investigara la legislación laboral y las violaciones de los derechos humanos en la producción de azúcar en la República Dominicana.
Gracias a nuestra formación, las víctimas y la sociedad civil de la provincia de El Seibo se han organizado y han formado el grupo Seibanos sin techo, para poder defenderse de futuras violaciones de los derechos humanos. Establecimos canales que permitieron a nuestros socios locales estar en contacto con miembros de la ONU que trabajan en estos temas, manteniendo la presión sobre Central Romana y el Gobierno. Nuestro compromiso y nuestra formación no sólo permitieron a Claribel plantear su historia en la ONU, sino que la ayudaron a pasar de ser una víctima sin voz a una defensora activa de los derechos humanos.
Nuestra lucha por defender la dignidad de las personas en la República Dominicana no terminará aquí. Ahora más que nunca, debemos seguir defendiendo los derechos de estos grupos más vulnerables y sentar las bases de un futuro mejor.
"Significa mucho para los oprimidos saber que no están solos. Nunca dejes que nadie te diga que lo que haces es insignificante". -- Desmond Tutu
Por Tobias Krachler